En Austin, manifestantes se concentraron frente a las oficinas locales de ICE. Elementos de la Policía y del Departamento de Seguridad Pública de Texas (DPS) intentaron disolver la movilización utilizando gas pimienta y balas de goma. El choque dejó varios detenidos y escenas de caos en el centro de la ciudad.
En Dallas, las acciones comenzaron a intensificarse cerca de las 22:00 horas. Las autoridades declararon la concentración como “asamblea ilícita” y arremetieron contra quienes portaban pancartas con lemas como “Nadie es ilegal” y “Alto a las deportaciones”. También se reportó el uso de gas irritante para dispersar a los asistentes.
El gobernador de Texas, Greg Abbott, aliado político del expresidente Donald Trump, respaldó las medidas de represión y acusó a los manifestantes de atacar a las fuerzas del orden.
“Esto es un asalto organizado contra nuestros agentes. Es momento de terminar con esto y dejar que los federales hagan cumplir la ley”, escribió en su cuenta oficial en la plataforma X.
Mientras tanto, Los Ángeles amaneció este martes en su quinto día de disturbios. Las protestas, desencadenadas por operativos de detención de migrantes, han escalado a niveles preocupantes: se han registrado incendios de vehículos, destrozos y cientos de arrestos.
En respuesta, la Casa Blanca ordenó el despliegue de 2 mil efectivos de la Guardia Nacional sin autorización del gobernador de California, una medida inédita en más de 60 años.
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Donald Trump, quien busca regresar a la presidencia, advirtió que podría invocar la Ley de Insurrección de 1807 para controlar las protestas con el Ejército. Este recurso, considerado uno de los poderes más extremos del Ejecutivo federal, permite intervenir militarmente ante episodios de desorden civil.
Con información de EFE.