La fotógrafa mexicana Graciela Iturbide fue distinguida con el Premio Princesa de Asturias de las Artes 2025, en reconocimiento a una trayectoria de más de cincuenta años dedicada a explorar, a través de su cámara, la riqueza cultural y humana de México.
Su obra, profundamente poética y comprometida, ha sido celebrada por su capacidad para trascender lo documental y adentrarse en lo simbólico.
Con 83 años, Iturbide se consolida como una figura imprescindible en el panorama internacional de la fotografía. Su nombre se suma al de otros grandes creadores que han sido honrados con este prestigioso galardón, que otorga la Fundación Princesa de Asturias.

El jurado, presidido por Miguel Zugaza Miranda, elogió su mirada “innovadora y dotada de una extraordinaria profundidad artística”, subrayando que su trabajo revela “la naturaleza humana mediante imágenes cargadas de simbolismo, capaces de construir un universo propio: desde lo ancestral hasta lo contemporáneo; desde la crudeza de la realidad social hasta la espontaneidad mágica del instante”.
¿Quién es María Graciela Iturbide?
Nacida en Ciudad de México el 16 de mayo de 1942, María Graciela Iturbide es la mayor de trece hermanos y nieta del prócer independentista Agustín de Iturbide. En un inicio orientó su vocación artística hacia el cine, ingresando a finales de los años sesenta al Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC). Sin embargo, su destino cambió radicalmente al descubrir la fotografía bajo la tutela del maestro Manuel Álvarez Bravo, con quien colaboró estrechamente entre 1970 y 1971.
La pérdida de su hija a los seis años marcó un punto de inflexión en su vida y obra. A partir de entonces, abandonó el cine para entregarse por completo a la fotografía, disciplina en la que ha desarrollado un lenguaje personal, austero y profundamente emotivo. Su estilo, fiel al blanco y negro, evita las etiquetas de realismo mágico o surrealismo, privilegiando en cambio una mirada introspectiva y respetuosa sobre las culturas indígenas y la cotidianidad de su país.

Entre sus imágenes más emblemáticas destaca Nuestra Señora de las Iguanas (1979), tomada en un mercado de Juchitán, Oaxaca. En ella, una mujer posa con iguanas sobre la cabeza, evocando la fuerza y dignidad de la cultura zapoteca. Esta fotografía formó parte de un proyecto impulsado por el artista Francisco Toledo, del cual surgiría también el libro Juchitán de las mujeres (1989), en colaboración con la escritora Elena Poniatowska, Premio Cervantes 2013.
El jurado enfatizó que la obra de Iturbide “no solo documenta lo que ocurre ante sus ojos, sino que transmite lo que ella siente”. Cada imagen es una ventana cargada de significado, capaz de revelar dimensiones emocionales, culturales y espirituales que trascienden lo visible.
Con información de EFE