Brad Sigmon, de 67 años, fue ejecutado por un pelotón de fusilamiento este viernes en Carolina del Sur, la primera ejecución con ese método en Estados Unidos en 15 años y la primera en el estado.
Según los abogados de Sigmon, sentenciado a muerte por haber asesinado a los padres de su exnovia con un bate de béisbol en 2001, sus últimas palabras fueron: “En ningún lugar del Nuevo Testamento, Dios da al hombre la autoridad para matar a otro hombre”.
“Quiero que mi declaración final sea una de amor y un llamado a mis compañeros cristianos para que nos ayuden a poner fin a la pena de muerte”, dijo.
“Ahora estamos bajo la gracia y la misericordia de Dios”, finalizó.
De acuerdo con el medio USA Today, Sigmon también citó cuatro versículos de la Biblia en las que Jesús habló del perdón.
“Habéis oído que se dijo: Ojo por ojo y diente por diente. Pero yo os digo que no resistáis al que es malo. A cualquiera que me hiera en la mejilla derecha, preséntale también la otra”.
De acuerdo con una declaración emitida esta semana por Gerald King, uno de los abogados de Sigmon, el hombre se había convertido al cristianismo durante su encarcelamiento.
“Cuando Brad fue a prisión, se dedicó nuevamente a su fe cristiana. Desde entonces, ha dedicado todos los días a la oración, el arrepentimiento y la obra de redención. Brad es una presencia pacífica y confiable en el corredor de la muerte. Los guardias lo describen como respetuoso y servicial”.
El defensor de Sigmon agregó que su cliente, además, se había convertido en capellán informal en la prisión.
“Es una fuente de fortaleza para sus hermanos e hijos. También tiene una salud que se deteriora y no representa un peligro para nadie”.
Brutal multihomicidio
Sigmon acabó con la vida de los padres de su exnovia con un bate de béisbol en su casa del condado de Greenville.
Estaban en habitaciones separadas y Sigmon iba y venía mientras los golpeaba hasta matarlos, dijeron los investigadores.
Luego secuestró a su exnovia a punta de pistola, pero ella escapó de su auto. Le disparó mientras ella corría, pero falló, según los fiscales.
En una confesión, Sigmon dijo: “No podía tenerla. No iba a dejar que nadie más la tuviera”.
En una declaración a USA Today, la exnovia de Sigmon, Rebecca Armstrong, dijo que las acciones de Sigmon destrozaron a su familia.
Sin embargo, Armstrong, quien no había hablado con medios en 24 años, desde que sus padres fueron brutalmente asesinados, agregó que no estaba de acuerdo con la pena de muerte. Pero agregó que Sigmon “debía responder por lo que ha hecho”.
Los pedidos de clemencia de Sigmon que fueron rechazados
Los partidarios y abogados de Sigmon pidieron al gobernador republicano Henry McMaster que conmutara su sentencia por cadena perpetua.
Dijeron que era un prisionero modelo en el que confiaban los guardias y que trabajaba todos los días para expiar los asesinatos y también que cometió los asesinatos después de sucumbir a una enfermedad mental grave.
Con información de AP.