Por Hugo Moreno Freydig
Imagina caminar por una calle llena de vida, donde los comercios prosperan, los turistas disfrutan del entorno y la gente se desplaza libremente sin el caos del tráfico. Este es el impacto positivo de la peatonalización de los centros urbanos: calles más seguras, vibrantes y económicamente activas. Cada vez más ciudades han apostado por devolver estos espacios a las personas, generando enormes beneficios en el comercio, el turismo y la calidad de vida.
Ejemplos de esto podemos encontrar en la Ciudad de México y Monterrey, donde han implementado proyectos exitosos de peatonalización en sus centros urbanos. Un claro ejemplo es la calle Madero en el Centro Histórico de la capital, que pasó de ser una vía congestionada por automóviles a convertirse en un corredor peatonal lleno de vida. Este cambio ha impulsado el comercio local, aumentando el flujo de visitantes y turistas, lo que se ha traducido en mayores ingresos para los negocios de la zona. A su vez, la reducción del tráfico vehicular ha mejorado la calidad del aire y ha hecho más atractivo el paseo por la zona, promoviendo una experiencia urbana más agradable y segura.
Monterrey, una ciudad tradicionalmente dominada por la infraestructura vial enfocada en los automóviles, ha comenzado a dar pasos hacia una movilidad más incluyente. La peatonalización de calles en el centro ha generado un incremento en la actividad comercial y un mayor flujo de personas, incentivando el desarrollo de espacios más amigables y accesibles para todos. Esta tendencia sigue en aumento, con planes para ampliar zonas peatonales y fomentar el uso del transporte público y la movilidad activa.
En Europa, ciudades con climas cálidos han demostrado que la peatonalización es una estrategia efectiva para revitalizar los centros urbanos. Un caso emblemático es Barcelona, donde la implementación de las “Supermanzanas” ha transformado el paisaje urbano, devolviendo las calles a los peatones y generando un impacto positivo en la economía local. Al reducir el tráfico vehicular y crear espacios públicos de calidad, los comercios han visto un incremento en su clientela, mientras que los turistas disfrutan de una experiencia más placentera y accesible.
Otro ejemplo es Sevilla, España, donde la restricción del tráfico en el centro ha generado un auge en la actividad comercial y turística. La ciudad ha logrado un equilibrio entre la conservación de su patrimonio histórico y la promoción de una movilidad sostenible, beneficiando tanto a residentes como a visitantes. Además, la disminución de automóviles ha reducido los niveles de contaminación, mejorando la calidad de vida de quienes transitan por estas áreas.
La peatonalización no solo impulsa la economía y el turismo, sino que también mejora la seguridad vial. Al reducir la circulación de vehículos motorizados, se minimizan los accidentes de tránsito, brindando mayor seguridad a peatones y ciclistas. Asimismo, se promueve la accesibilidad universal, permitiendo que personas con discapacidad, adultos mayores y familias con niños puedan desplazarse con mayor facilidad y comodidad.
El Centro de Hermosillo representa una oportunidad clave para la peatonalización, ya que el 85% de los clientes que visitan esta zona llegan en transporte público. Esto lo convierte en un área altamente viable para reducir el tráfico vehicular y priorizar el tránsito peatonal. Calles como la Monterrey y la Matamoros, junto con sus vías aledañas, podrían beneficiarse enormemente de un rediseño enfocado en los peatones, impulsando la actividad comercial y brindando una experiencia urbana más atractiva y segura para todos.
A pesar de sus múltiples beneficios, estos proyectos enfrentan resistencia, especialmente por parte de algunos comerciantes que temen perder clientela ante la eliminación del acceso vehicular. Sin embargo, la experiencia en diversas ciudades demuestra lo contrario: los espacios peatonales atraen más visitantes, aumentan las ventas y generan una mayor permanencia en las zonas comerciales. Además, al crear entornos más agradables, se fomenta la interacción social y el disfrute del espacio público.
Hermosillo tiene un enorme potencial para aplicar estrategias de peatonalización en su centro histórico y comercial. Con el clima como un factor a considerar, se pueden diseñar espacios con vegetación, sombra y mobiliario urbano adecuado para garantizar el confort de los peatones. Implementar proyectos de este tipo no solo beneficiaría a los comerciantes, sino que también transformaría la ciudad en un destino más atractivo y funcional para residentes y visitantes.
Las ciudades más exitosas del mundo han demostrado que devolver las calles a las personas es una inversión en calidad de vida, desarrollo económico y sostenibilidad. Apostar por la peatonalización es dar un paso hacia adelante en la construcción de un entorno urbano más humano, próspero y accesible para todos.
Autor:
Hugo Moreno Freydig
El autor es Arquitecto, Maestro en Ciencias Ambientales y activista por la movilidad sostenible, accesibilidad universal y seguridad vial. Cofundador del despacho de urbanismo y arquitectura: UrbanDot.mx. Integrante de la Mesa de Movilidad de HCV.