En su intervención este jueves en el Foro Económico Mundial de Davos, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, presentó un ambicioso plan para revertir la inflación, frenar la inmigración ilegal y potenciar la producción de combustibles fósiles en su país, mientras amenazaba a las empresas extranjeras con elevados aranceles si no fabricaban en territorio estadounidense.
Durante su discurso, Trump aseguró estar impulsando lo que denominó una “revolución del sentido común”. Según el mandatario, Estados Unidos tiene la capacidad de convertirse en un líder global en diversas áreas, destacando su plan para fomentar la producción de petróleo y gas.
Además, Trump prometió seguir trabajando en la desregulación y en convertir al país en un centro de innovación en inteligencia artificial y criptomonedas. También reiteró su intención de extender los recortes de impuestos aprobados durante su primer mandato, lo que en su opinión atraerá más inversión y fortalecerá la economía estadounidense.
En un momento de gran tensión en los mercados, Trump lanzó una amenaza directa a las empresas internacionales presentes en el evento: “Vengan a fabricar en Estados Unidos o tendrán que pagar aranceles”, expresó, refiriéndose a su política económica proteccionista que ha caracterizado su presidencia.
A lo largo de su intervención, el presidente estadounidense también abordó temas relacionados con el mercado global de petróleo. Trump instó a Arabia Saudita y a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) a reducir los precios del crudo.