Hermosillo, Sonora.- Comerciantes y productores de chiltepín, tortillas ‘sobaqueras’, bacanora y figuras de Palo Fierro en Hermosillo coinciden en que la venta de estos productos regionales es un buen aliciente para su economía individual y familiar.
Durante un recorrido de Proyecto Puente por diversos establecimientos locales, vendedores y cocineros compartieron que parte de la identidad sonorense radica en su gastronomía y en las riquezas culturales que permiten vivir de estas tradiciones como sustento.
Óscar Maldonado Rodríguez, vendedor de figuras de Palo Fierro en el centro histórico de la ciudad, comentó que las ventas actuales no son como antes, ya que el mercado ha disminuido. Sin embargo, el nicho de turistas y extranjeros aún le permite continuar con su negocio.
“Hasta las coyotas quiero vender, el chiltepín, otras artesanías, tenemos que meterle variedad porque si no se vende una cosa, se venda otra, pues eso nos ayuda un poco a solventar la economía. Lo que se está acabando un poco es el artesano, pues los maestros de las viejas generaciones ya han fallecido”, contó.
Griselda Durán, quien lleva 45 años dedicada a la venta de tortillas en el Tianguis del Héctor Espino, señaló que su negocio sí le permite vivir y generar buenas ganancias, ya que la tortilla de harina en Sonora es un producto muy demandado.
“Yo hago diario 60 docenas, que vienen siendo 3 tacos de harina de 25 kilos, me dedico a esto desde que llegue en 1986, la venta no ha decaído, pero los meses de junio y julio baja un poco, y ya en septiembre hasta abril, y poco mayo, todavía está muy bien la venta. Mucho turista sí se ve interesado, más que el sonorense”, explicó.
Rolando Bracamontes Quijada, vendedor independiente de chiltepín, chile rojo y otros alimentos, comentó que lleva dos años vendiendo sus productos diariamente en la banqueta frente a su casa, aunque comenzó su negocio hace más de diez años. Gracias a su constancia, ha ganado clientes frecuentes, lo que ha incrementado la demanda.
“En tiempo de frio vendo leña, tengo ahorita bicicletas, yo compro todo y desde Aconchi me lo traen aquí en Hermosillo, el cacahuate, el pinole, también; mi mamá y mi abuelita empezaron con el negocio, falleció mi mamá, y quedó mi abuela, pero ella ya está muy mayor. Sí da para vivir, es un buen sustento”, mencionó.