Después del asesinato de Colosio, los mexicanos salimos a votar de manera masiva en el proceso electoral de 1994. El 77.16% de los registrados en la lista nominal emitimos nuestro sufragio. Ganó Zedillo.
Fue un momento de gran tensión política, por el homicidio del malogrado candidato del PRI, primero; el levantamiento zapatista en Chiapas, después y secuestros de hombres de negocios; pero le dimos un duro golpe al abstencionismo. Inclusive fuimos ejemplo para varias democracias estables del momento.
Para el año 2000 solamente votamos 63.97%, donde el triunfador fue Fox. En 2006 la participación se desplomó a 58.55%. En el 2012, Peña Nieto se convirtió en titular del Ejecutivo Federal con una participación ciudadana de 63.08% y en 2018, Andrés Manuel López Obrador ganó, con 62.61%.
La decisión de no participar, por falta de interés, desconfianza en el sistema político, poca empatía con los partidos y candidatos, ha levantado las voces de muchos, sobre la necesidad de sancionar a quien no sufrague, o hasta de premiar a quienes sí participan.
¿Qué se espera para las elecciones del 2 de junio de 2024? Los expertos explican que difícilmente rebasaremos 63%. Es decir, se estima un abstencionismo de 37%.
Pero hay un sector de especialistas en demoscopía que asegura que se percibe un ambiente de resultado cantado. Es decir, que cuando son encuestados, más allá de su preferencia política, expresan que ya saben quién ganará.
Este fenómeno podría provocar que se inhiba de manera masiva la participación ciudadana; es decir, que aumente el abstencionismo como resultado de que todas las encuestas (sin excepción) dicen desde hace meses, el nombre y apellido de la ganadora.
¿Para qué salgo de casa, si ya conozco el resultado final? ¿Para qué hago largas colas bajo el sol, o me mojo con la lluvia, si ya sé cuál será el marcador?
En la noche del 2 de junio, la consejera presidenta del INE, Guadalupe Taddei, nos ofrecerá el conteo rápido con el nombre de la próxima Presidenta de México, y esperamos que con un dato alentador: que le ganamos al abstencionismo.
Pero si se confirma la cifra de que sólo salimos a votar entre 50 y 55% de los electores, habremos fracasado todos, más allá del resultado electoral.
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COLOFÓN: +El abstencionismo es un severo trancazo a la economía también. El costo de las elecciones está presupuestado para que votemos todos.
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+La inseguridad (en todo el país) es otro inhibidor
electoral.
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+Muchos jóvenes sólo tienen la credencial del INE para
POR GUSTAVO RENTERÍA
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