Hermosillo, Sonora.- La ciudad de Hermosillo está diseñada principalmente para los automóviles, no para el transporte urbano, ni para los ciclistas y peatones; hace falta mayor inversión y atención a las ciclovías y banquetas, indicaron varios especialistas en movilidad y seguridad vial.
Hugo Moreno, arquitecto y activista por la seguridad vial y Lupita Peñuñuri, miembro de la Mesa de Movilidad en Hermosillo, ¿Cómo vamos? coincidieron en que las aceras no están bien adecuadas para los peatones, esto debido a que hace falta arbolado para que dé sombra y logre disminuir la temperatura, inclusive hicieron hincapié en que el diseño de la ciudad provoca que los autos dominen los espacios públicos.
El activista agregó que la falta de espacios en las banquetas se debe a dos fenómenos, la gente que estaciona sus autos particulares en las aceras frente a sus domicilios y los comercios que convierten en estacionamientos sus banquetas de manera ilegal.
Opinó que las personas se tienen que bajar a la calle para poder seguir con su camino, lo que ocasiona un mayor riesgo cuando se trata de discapacitados y mayores de edad.
Además, ambos sostuvieron que la construcción de distribuidores viales, estacionamientos o el ensanchamiento de calles, no resolverá el problema.
“Es como si la SEC detecta que hay un problema de obesidad mórbida y su solución es comprar uniformes más grandes”, dijo Peñuñuri.
Añadió Hugo Moreno que es necesario que las banquetas sean seguras, así como que no haya obstrucciones de vehículos, postes y macetas.
“Lo que hace que disminuyan los autos es que otros sistemas de transporte sean lo suficientemente buenos, que las banquetas sean seguras, accesibles, que no estén obstruidas por vehículos, por postes, macetas, también tienen que estar sombreadas”.
La Pirámide de Movilidad, avalada por el Gobierno de México en el 2019, es una gráfica que representa la preferencia que tienen los medios de transporte al circular por la ciudad, la cual prioriza al peatón, después aparece al ciclista, el transporte público, vehículos compartidos y por último los autos particulares.
En el caso de Hermosillo, la arquitecta Peñuñuri enfatizó que en la ciudad la pirámide “siempre ha estado invertida”.
Explicó que un auto dura el 95% de su tiempo útil estacionado, razón por la cual atribuyó que su uso es “la manera más ineficiente de movernos”.
Una de las razones por las que el hermosillense opta por el vehículo particular, es que el transporte público no representa una opción de movilidad, ya que las pocas unidades que hay circulando no permiten que el ciudadano llegue a tiempo a su destino o que los camiones no pasen por algunas colonias.
Alfonso López, fundador de la asociación Vigilantes de Transporte, comentó que los transportes urbanos que tiene Hermosillo no son suficientes.
“Para una ciudad de un millón de habitantes, los cálculos que hemos hecho es que necesita arriba de 500 camiones circulando”.
Puntualizó que hay otros medios alternativos que deben considerarse, como los taxis colectivos, asimismo, subrayó la importancia y el estado de las banquetas en el municipio:
“Al menos el 50% de las banquetas en Hermosillo están incompletas, en malas condiciones o no hay. Desafortunadamente, no vemos a la fecha ningún proyecto por parte del estado, se aprobó la Ley de Movilidad y Seguridad Vial pero nomás para llenar el requisito, según la lectura que tenemos”.
Para revertir dichos problemas, los tres entrevistados aseguraron que tiene que haber un modelo diferente, una ciudad más compacta donde los ciudadanos tengan opciones de movilidad y que tener auto particular no sea una obligación.