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jueves, mayo 9, 2024

La percepción universal de uno mismo: un poder solo humano

Eloísa Flores García
Postgrado en Sexualidad Humana. Especialidad en Terapia Gestalt y Terapia Cognitiva Conductual. Master en Programación Neurolinguística y Lenguaje Hipnótico. Especialidad en Patrones Avanzados de Lenguaje.

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¿Cómo vivimos los humanos?

Pasamos por este mundo, algunas veces sin darnos cuenta de lo maravilloso y especial que somos o que podemos llegar a ser si nos lo proponemos. Porque efectivamente hay que desarrollar habilidades humanas.

Hay capacidades que son exclusivas de la especie humana, que ningún otro ser puede ejercer. (Y a veces a esos seres no humanos los vemos respondiendo con mayor calidez y calidad).

Capacidades que realiza solo la especie humana, como ser conscientes de sí, poder decidir sobre el futuro, y algo muy importante: la percepción universal de uno mismo.

Esto es: no estoy solo, soy parte de, algunos hasta se integran reconociéndose parte de un TODO y desde ese TODO, construimos, vivimos y tomamos el mundo. Porque el mundo es nuestro, sólo hay que tomarlo.

Si bien es cierto hay actividades que compartimos con otros mamíferos, como comer, que no es algo específicamente humano; otros mamíferos también comen, mastican y digieren más o menos como nosotros.

Pero como comer, que comer, hacer ayuno, regularse, hasta sustituir problemas psicológicos con comida, eso es específicamente humano.

Ubicarse y ser consciente de sí, dando un uso adecuado de la racionalidad, así como el ser y ampliar nuestra percepción universal, nos vincula con la trascendencia, con alcanzar una vida plena, satisfactoria, que si la pensamos un poco es nuestro fin como humanos.

¿A que venimos? ¿A sufrir? ¿A batallar o afanar como dicen algunos? No lo creo.

Realmente venimos dotados en esencia de un poder que nos conecta con TODO y que desde ahí no hay límites. Nosotros ponemos los límites al no aceptarnos, al no reconocernos, al no sentirnos merecedores.

Como dice un maestro: el camino a la plenitud humana está hecho de buenas decisiones, y las buenas decisiones dependen de una correcta deliberación, y una buena deliberación es una de las funciones del discernimiento.

Realmente vivimos en un mundo que tiene todo para ser feliz y solo nos falta aprender a relacionarnos adecuadamente y desarrollar nuestro potencial o utilizarlo. Tema que abordaremos el próximo viernes, ya que la realidad es que el mundo tiene todo lo que necesitamos para ser felices, pero carecemos a veces de habilidades.

Aviso

La opinión del autor(a) en esta columna no representa la postura, ideología, pensamiento ni valores de Proyecto Puente. Nuestros colaboradores son libres de escribir lo que deseen y está abierto el derecho de réplica a cualquier aclaración.

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