Cierren las puertas, señores, cierren las puertas. Ya comienza la pelea de gallos. Cuando comenzábamos a considerar que la elección de este año iba a ser un día de campo, que el resultado final ya estaba pre-escrito y que iba a ser una elección de Estado, aparece un nuevo actor, surgido de la misma vieja y oscura escuela de los años setenta que preconiza López Obrador, que viene a cambiar el panorama local. Hay muchas paradojas y claroscuros en esta nueva configuración. Tratemos de ordenar un poco la situación en la que nos encontramos.
Nueva configuración
Entre las claves de la nueva configuración política del estado de Sonora están las siguientes.
Uno, Alfonso Durazo y el grupo en el poder estatal llegaron con la premisa de que iban a separar el poder económico y el poder político (recuérdese el libro Sonora 2021). Esta separación se ha dado en parte a base de ya no tener gasto de inversión y de crearle un vacío al empresariado local, con contadas excepciones. El resultado ha sido una baja en el dinamismo y competitividad del estado. El sucedáneo del Plan Sonora, que consta de grandes proyectos sin financiamiento que se promueven ante inversionistas extranjeros, no ha logrado todavía enganchar alguna gran inversión y está en el apartado de las grandes promesas que no se han materializado. Por otro lado, la inseguridad sigue siendo una asignatura pendiente.
Dos, la nueva élite política de diputados y alcaldes de Morena ha dejado mucho que desear. Los gobiernos municipales morenistas han sido decepcionantes y los diputados han jugado el cómodo papel de levanta-dedos. Tanto en el ámbito legislativo como en el municipal hay desgaste y no son experiencias que se busque repetir. De la guardia nacional, ni hablar, no ha funcionado. Lo que mejor funciona son las becas y pensiones.
Tres, el comodín de esta elección es el papel que jugará el crimen organizado. Ya en la elección pasada tuvimos el trágico asesinato (no resuelto) de un candidato a alcalde de Cajeme. En estos últimos tres años, la violencia criminal no ha cedido y parece que no se está enfrentando. Hay indicios de que el crimen controla regiones y rutas. No está claro para qué lado se inclinará o a quienes favorecerá; tampoco es un grupo compacto y monolítico, al contrario, son bandos antagónicos que pueden exacerbar la violencia.
Cuatro, la clientela de Morena, conformada por la clase popular constituye la base mayoritaria de la pirámide de la población, está muy agradecida y apoya a AMLO y sus programas sociales, pero también es poco dada a participar en política y a votar. Ésta será el objetivo de la mercadotecnia de las campañas y, al igual que en el pasado, el resultado de la elección dependerá en buena medida que quien la movilice y compre más votos.
Cinco, existe una clase media, urbana, educada e informada, que, si bien es proporcionalmente menor que la clase popular, participa más en política y está inconforme con las tendencias del régimen político actual. Esta clase es clave para la gobernanza del estado y es proclive al cambio y las alternancias.
Acertijo de los mil cristales
La contienda se emparejó. En los meses que van de aquí a junio vamos a presenciar una interesante contienda, con posibles extensiones poselectorales. Hay tres elementos a observar: el debate, las estrategias de campaña y las trampas y jugadas sucias.
En el debate, esperemos que se abra y eleve el debate sobre los problemas y la situación del estado y del País. Esta va a ser la parte observable más interesante. Aunque pudiera ser que ambos bandos decidan no meterse en honduras y prefieran el juego de la retórica hueca que habla mucho pero no dice nada.
En las estrategias, veamos cómo se mueven las campañas de medios y redes sociales y cómo se da el trabajo a ras del suelo en las colonias y barrios populares.
La última carta de la elección es la manipulación de los resultados electorales (acuérdate de Bartlett). Existe una percepción ampliamente compartida de que los árbitros electorales están infiltrados y no son totalmente imparciales. Veamos cómo se comportan. Hagan apuestas, señores.