“Que la prisa no sea una costumbre”
Debido a nuestro tren de vida, hoy en día relajarse se convierte en algo indispensable para mantener el equilibrio, en armonía y saludable nuestro cuerpo.
Permanecer en calma y mantener el estrés bajo control, es un gran reto.
Estamos constantemente recibiendo estímulos que nos mantienen en el acelere y en estado de alerta más allá de lo que normalmente pudieramos necesitar para sacar nuestras tareas diarias.
Nos hemos acostumbrado a mantener un estado de tensión, que ni siquiera registramos ya conscientemente que andamos tensos y es hasta que nos llega la factura, estos es, empiezan síntomas como insomnio, dolores musculares, dolores de cabeza, enfermedades causadas por la ansiedad, incluso accidentes, entre otros y es cuando se intenta empezar a reaccionar.
Sin embargo relajarse en forma continua es mas sencillo de lo que creemos y nos va a permitir estar más alerta, más oxigenados, menos desgastados, reparar nuestro sistema nervioso, sobrellevar largas jornadas de trabajo sin acabar en un estrés desgastante, entre otros beneficios.
Es necesario señalar que para movernos requerimos cierto grado de estrés; porque hay estrés al caminar, para levantarnos, para movernos, para tomar un objeto, etc; esto es, es parte de nuestra vida. El detalle es, cuando ese estrés en lugar de ser un detonador e impulsor a la acción, se convierte en un problema.
El relajarnos, a veces no le damos importancia y pensamos que no se ocupa; pero realmente ayuda aliviar de manera agradable y placentera la rigidez muscular o el estrés emocional que afecta, para continuar y terminar el dia pleno de energía.
Cuando nos detenemos, nos relajamos y hacemos una pausa, respiramos de manera diferente y más profunda, nos ayuda además a oxigenar el cerebro y pensar con mayor claridad.
Por lo que bien vale la pena darnos unos minutos, tomar una pausa en lo que estemos haciendo y realizar algunos estiramientos, hacer movimientos de cuello, realizar respiraciones profundas y pausadas.
Por ejemplo, se pueden realizar movimientos de los pies en punta y talón, abrir y cerrar puños apretándolos con mucha fuerza, estirar brazos por encima de tu cabeza entrelazando dedos de tus manos, después continuar con manos entrelazadas y colocarlas detrás de la cabeza y aplaudir con tus codos frente a ti.
Respirar profundamente y sostener la respiración el mayor tiempo que te sea posible.
Si se practica esto regularmente, notarás la diferencia en todos los aspectos de tu vida y un cambio inmediatamente en ti.