Madrid, 19 de agosto (EUROPA PRESS).– A pesar de que se llevan a diario, tanto en relojes como por moda, la limpieza rutinaria de las pulseras suele pasarse por alto o simplemente ignorarse.
Ahora, investigadores de la Facultad de Ciencias Charles E. Schmidt de la Universidad Atlántica de Florida (Estados Unidos) han analizado pulseras de distintas texturas para determinar su riesgo de albergar bacterias patógenas potencialmente dañinas.
Para el estudio, los investigadores probaron pulseras de plástico, goma, tela, cuero y metal (oro y plata) para ver si existe una correlación entre el material de la pulsera y la prevalencia de bacterias.
Investigaron el estado higiénico de estos distintos tipos de pulseras que llevan las personas activas e identificaron los mejores protocolos para desinfectarlas adecuadamente.
Mediante ensayos microbiológicos estándar, los investigadores analizaron los recuentos bacterianos, el tipo de bacterias y su distribución en las superficies de las pulseras.
También llevaron a cabo un estudio de susceptibilidad bacteriana para comprobar la eficacia de tres soluciones desinfectantes diferentes: Spray desinfectante Lysol; etanol al 70 por ciento, utilizado habitualmente en hospitales y toallitas con alcohol; y una solución más natural, vinagre de sidra de manzana.
Los resultados del estudio, publicado en la revista científica Advances in Infectious Diseases, sugieren que la próxima vez que compre una pulsera, quizás le convenga decantarse por el oro o la plata. Casi todas las pulseras (el 95 por ciento) estaban contaminadas.
Sin embargo, las pulseras de goma y plástico presentaban recuentos bacterianos más elevados, mientras que las metálicas, especialmente las doradas y plateadas, apenas tenían bacterias.
“Es posible que las pulseras de plástico y goma proporcionen un entorno más apropiado para el crecimiento bacteriano, ya que las superficies porosas y estáticas tienden a atraer y ser colonizadas por bacterias”, ha explicado el doctor Nwadiuto Esiobu, autor principal de la investigación.
El factor predictivo más importante de la carga bacteriana de la muñequera fue la textura del material de la muñequera y la actividad (higiene) del sujeto en el momento de la toma de muestras. No hubo diferencias significativas entre hombres y mujeres en la aparición o distribución de los grupos de bacterias.
Las bacterias encontradas en el estudio eran residentes habituales de la piel de los géneros ‘Staphylococcus’ y ‘Pseudomonas’, y organismos intestinales de los géneros ‘Escherichia’, concretamente ‘E. coli’.
El ‘Staphylococcus spp’ prevalecía en el 85 por ciento de las pulseras; los investigadores encontraron ‘Pseudomonas spp’ en el 30 por ciento de las pulseras; y hallaron bacterias del género ‘E. coli’ en el 60 por ciento de las pulseras, que con mayor frecuencia inicia la infección por transmisión fecal-oral.
El mayor recuento de estafilococos se observó en las personas que iban al gimnasio, lo que subraya la necesidad de desinfectar las muñequeras después de realizar una actividad rigurosa en el gimnasio o en casa.
‘Staphylococcus aureus’ es un tipo de bacteria que se encuentra en la piel humana, en la nariz, las axilas, la ingle u otras zonas y que causa una amplia variedad de enfermedades clínicas.
Las ‘Pseudomonas spp.’, habituales en el medio ambiente, pueden causar infecciones en la sangre, los pulmones (neumonía) u otras partes del cuerpo tras una intervención quirúrgica.
Las enterobacterias son una gran familia de bacterias que incluye muchos de los patógenos más conocidos, como ‘E. coli’ y ‘Salmonella’.
“La cantidad y taxonomía de las bacterias que encontramos en las pulseras demuestran que es necesario higienizar regularmente estas superficies. Incluso en cantidades relativamente bajas, estos patógenos son importantes para la salud pública.
Y lo que es más importante, la capacidad de muchas de estas bacterias para afectar significativamente a la salud de huéspedes inmunodeprimidos indica la necesidad especial de que los trabajadores sanitarios y otras personas en entornos hospitalarios desinfecten regularmente estas superficies”, ha detallado Esiobu.
Los resultados del estudio mostraron que el spray desinfectante Lysol y el etanol al 70 por ciento fueron muy eficaces independientemente del material de la muñequera, con una tasa de eliminación del 99.99 por ciento en 30 segundos.
El vinagre de sidra de manzana no fue tan potente y requirió una exposición completa de dos minutos para reducir los recuentos bacterianos.
Aunque todos estos desinfectantes domésticos comunes demostraron al menos cierta eficacia en todos los materiales (caucho, plástico, tela y metal), la eficacia antibacteriana aumentó significativamente a los dos minutos en comparación con los treinta segundos.
Los distintos desinfectantes, dependiendo de sus ingredientes activos, matan a las bacterias de diferentes maneras, como por ejemplo alterando la integridad de la membrana celular, alterando o eliminando proteínas o interfiriendo en las actividades metabólicas.
“Otras formas potenciales de transmisión bacteriana y facilitación de la infección, como los auriculares o los teléfonos móviles, deberían estudiarse de forma similar”, ha remachado Esiobu.