Por David Jacobo Calles Montaño
Esta tercera parte es una reflexión enfocada en dos factores adicionales que considero han limitado el desarrollo de nuestra ciudad y la han llevado a una situación de estancamiento. Le adelanto que todos los datos que se presentan aquí sobre la situación actual de la ciudad han sido tomados de diferentes publicaciones realizadas por Hermosillo ¿Cómo Vamos? las cuales se encuentran disponibles en la plataforma digital de esta organización.
3. Hermosillo, una ciudad nini
Por ser la capital de Sonora, Hermosillo ha sido una ciudad altamente dependiente del estado y de las aportaciones federales para su desarrollo. Realmente es poco lo que el ayuntamiento ha construido a través de las décadas, las grandes obras de infraestructura y la mayoría de los edificios públicos han sido gestionados y financiados por el gobierno del estado, ejemplo de ello son: la Escuela Cruz Gálvez, la Casa del Pueblo, la Universidad de Sonora, la Presa Abelardo L. Rodríguez, el Museo y Biblioteca, la Casa de la Cultura, el Centro de Gobierno, el Parque La Sauceda y muchos más. La ironía es que hasta el edificio del ayuntamiento fue construido por el gobierno estatal ya que las oficinas municipales se encontraban hasta entonces deambulando de un lugar a otro.
¿Qué es lo que ha hecho entonces nuestro ayuntamiento? Básicamente se ha limitado a arreglar las calles, proveer de seguridad y administrar algunos de los servicios que tiene la responsabilidad de atender, como la recolección de basura, el abasto del agua y el mantenimiento de obras públicas. Se puede decir que lo que hace lo hace mal, ya que la mayoría de los servicios ofrecidos por el ayuntamiento son de los peor evaluados en el país. En base a estudios de percepción, los hermosillenses reprueban la gestión municipal, poniendo a Hermosillo en el segundo lugar nacional en baches y en el primer lugar nacional en transporte público deficiente.
Las administraciones municipales en las últimas décadas han estado enfocadas en hacer atractiva la ciudad para los negocios, en mejorar su nivel de competitividad, en vez de mejorar la situación de los servicios básicos que sí tiene la responsabilidad de atender. Han llegado incluso a hacer de la cultura un negocio, explotando la falta de opciones recreativas en la ciudad. Desde el 2002, el ayuntamiento comenzó por primera vez a invertir en cultura. Para dar la impresión de que algo hacen bien, las administraciones municipales han venido realizando las Fiestas del Pitic con el supuesto de celebrar la fundación de la ciudad. ¿Qué tendríamos los hermosillenses que festejar si no existieran las Fiestas del Pitic? Más que una inversión, este evento está dirigido a promover una derrama económica, por eso las administraciones municipales han estado enfocadas en romper récords de asistencia.
La ciudad se ha desarrollado por ser la capital del estado, por concentrar las dependencias estatales y federales, así como empresas mineras, agroindustriales y de manufactura como la planta Ford. Por ser la capital y la ciudad más poblada del estado, Hermosillo recibe un trato especial por parte del gobierno estatal, lo que influye directamente en su desarrollo. La dependencia económica del estado y la capacidad de contratar deuda ha limitado al ayuntamiento a generar ingresos propios, por eso hoy tenemos una ciudad mantenida, una “ciudad nini”. En este año, los ingresos propios del ayuntamiento representaron el 28.4%, lo que significa que el 71.6% de sus recursos fueron aportaciones federales. En vez de reducir sus gastos o generar más recursos propios, las administraciones han recurrido al endeudamiento, siendo hoy el segundo municipio más endeudado del país, escalando una posición más en lo que va del presente año.
En el 2020 el ayuntamiento de Hermosillo destinó el 13.4% de su gasto total anual a pagar su deuda pública, nivel que triplica la media nacional del 4.3%. De acuerdo con el informe, Presupuesto Ciudadano 2023, el ayuntamiento destinó en el presente año más recursos para pagar la deuda que lo destinado a inversión pública, lo que significa que la administración actual está pagando más por obras realizadas en administraciones pasadas. Las cifras de recaudación del ayuntamiento en los últimos años muestran que el alto nivel de endeudamiento de Hermosillo está relacionado a la súbita reducción de la recaudación en el año 2010 y a la desmedida contratación de deuda en el año 2017. Esto a pesar de que durante esos años el ayuntamiento recibió aportaciones federales récord. Esto demuestra que entre mayor sea la dependencia de las aportaciones federales, menos interés existe por eficientar la recaudación municipal.
El no contar el ayuntamiento con recursos propios y suficientes, ha empujado a la ciudad a tener los siguientes problemas: mayor endeudamiento, menor inversión, expuesta a presiones de grupos de poder, condonación del cobro del impuesto predial y otros impuestos, mayor corrupción e influyentismo, a la venta de activos como terrenos y una baja confianza y participación de la ciudadanía. La dependencia económica del ayuntamiento ha limitado la capacidad de formular un proyecto de ciudad alternativo, sustentable, participativo y con visión a largo plazo.
La dependencia de las aportaciones federales ha desinhibido el cobro del impuesto predial, principal recurso utilizado por los municipios, y uno de los impuestos más progresivos al gravar la riqueza. México es de los países en América Latina con menor recaudación de impuesto predial en relación con su producto interno bruto. Por cada peso que el ayuntamiento de Hermosillo recauda, la ciudad de Querétaro recauda $2.4 pesos, muy inferior de los $6.8 pesos recaudados en San Pedro Garza García. El ayuntamiento no solo recauda poco, sino que también gasta de manera excesiva, al ser uno de los municipios con una mayor proporción del gasto dirigido al pago de su burocracia (42.8%) un porcentaje muy por encima de municipios con mejor desempeño.
¿Por qué las administraciones municipales no recaudan el impuesto predial como se debería? El costo político es muy alto, el impuesto predial está estrechamente relacionado con la popularidad de los alcaldes, quienes utilizan las alcaldías como trampolines políticos. Los limitados recursos del ayuntamiento han servido para justificar el endeudamiento, evitando así la implementación de medidas poco populares pero progresistas que permitan mejorar la recaudación. La necesidad de recursos hace que las administraciones municipales recurran al uso excesivo de exenciones y condonaciones creando con ello una cultura de no pago.
Existe en mi opinión otra razón por la que no se cobra el impuesto predial como se debería. ¿Por qué cree usted que se nos condonan los recargos del impuesto predial a todos? Para poder justificar así la condonación a los más altos contribuyentes. Representando con ello un subsidio a la propiedad, haciendo que un impuesto progresivo como lo es el impuesto predial termine en la práctica siendo un impuesto regresivo. Aunque no existe información detallada sobre esto, si hay muchos indicios de un alto grado de corrupción e influyentismo en el cobro del impuesto predial.
Si las administraciones municipales hubieran gastado menos y recaudado más, Hermosillo no tuviera el nivel de rezago y endeudamiento que hoy tiene. Urgen medidas que permitan una mayor recaudación del impuesto predial y que este ingreso se invierta exclusivamente en obras públicas, para que los ciudadanos relacionen este impuesto con mejoras en su ciudad, creando así una cultura de pago. Está establecido que el pago de impuestos ha sido un factor fundamental en la creación de ciudades y países desarrollados y democráticos, íntimamente relacionados con una mayor participación y demanda ciudadana. Una recaudación más eficiente del impuesto predial no solo generaría más recursos sino ciudadanos más comprometidos con su ciudad y más exigentes con las autoridades del ayuntamiento. Pero ¿qué alcalde estaría dispuesto a hacerlo, exponiendo así su carrera política?
4. Gobiernos conservadores, políticas conservadoras
Hermosillo es una ciudad políticamente conservadora, hasta el punto de que los pocos políticos de izquierda son afines al conservadurismo. Valga decirlo, la ciudad nunca ha sido administrada por un gobierno progresista. Es decir, no hay un balance político, no existen contrapesos. Hermosillo es una ciudad conservadora, porque concentra los poderes fácticos del estado. Desde el año 2000, la constante alternancia política refleja el continuo fracaso de las administraciones municipales, mostrando el descontento de los hermosillenses por uno y otro partido; comprobándose que, aunque las administraciones cambien de color, las cosas siguen igual. Y ha sido precisamente en este período de alternancia cuando el rezago y el endeudamiento se han disparado. A pesar de sus diferencias partidistas, las diferentes administraciones municipales han seguido el mismo patrón, han aplicado la misma fórmula, las mismas políticas públicas. Se trata de políticas conservadoras, que favorecen los intereses de grupos de poder y se mantienen porque son un gran negocio.
Administración tras administración han seguido el mismo proyecto de ciudad proyectado en la década de 1940, aplicando los mismos preceptos e ideas, apostando a una modernización salvaje que solo beneficia a un sector privilegiado de la sociedad a costa del desarrollo y sustentabilidad de la ciudad. Ese proyecto de ciudad ha carecido de perspectiva histórica y de una visión a largo plazo, apostando únicamente a la improvisación. A pesar de que ese proyecto de ciudad ha mostrado desde hace tiempo los síntomas de su fracaso, se ha mantenido y adoptado por los gobiernos de la alternancia. En mi opinión, la continuidad de gobiernos conservadores ha sido el principal factor que ha llevado a la ciudad al estancamiento, pues si no hay interés o voluntad política para hacer los cambios de fondo que la ciudad necesita, es imposible lograr hasta las cosas más simples.
Ante la situación de rezago y endeudamiento es oportuno preguntarnos ¿Son estos gobiernos conservadores con sus políticas conservadoras capaces de sacar a la ciudad del estancamiento? Es difícil imaginar que aplicando las mismas ideas, preceptos y políticas públicas se puedan lograr resultados diferentes. La situación actual de Hermosillo requiere de políticas progresistas que no vendrán de políticos conservadores a los que estamos acostumbrados. Está claro que se requiere ante todo del interés y la voluntad política. Pero ¿qué opciones tenemos los hermosillenses si se ha demostrado que todos los partidos cojean de la misma pata?
Es necesario un mayor número de espacios y mesas de debate en donde puedan participar no sólo académicos sino todos los hermosillenses interesados en presentar propuestas ciudadanas, apartidistas, novedosas. Se requiere de ciudadanos que demanden los cambios profundos que la ciudad necesita. Se necesitan estos espacios para intercambiar información, establecer prioridades y dar estructura a un proyecto de ciudad basado en sus características propias. Es importante tener en cuenta que, al tratarse de la capital de Sonora, las políticas progresistas que se logren implementar en Hermosillo para salir del rezago y el endeudamiento serán replicadas en otras ciudades del estado, como Ciudad Obregón, Guaymas, Nogales y Agua Prieta que también se encuentran en la lista de las ciudades más endeudadas del país.
Los partidos políticos por su parte deben de elegir mejor a sus candidatos, que cumplan con el perfil adecuado para implementar las políticas públicas que los hermosillenses demandan. Se tienen que adaptar a la nueva realidad, los hermosillenses de hoy están más informados y son más exigentes; no solo demandan una ciudad más limpia, más verde, con opciones recreativas, con calles más seguras, pero sobre todo alcaldes que antepongan la ciudad a sus intereses políticos. Que los alcaldes no vean la administración como un negocio y los recursos municipales como un botín, y que estos sean utilizados para mejorar los servicios básicos para los que han sido destinados.
Ya que los intereses políticos y económicos están muy arraigados. ¿Por qué no abrirnos a la posibilidad de candidaturas independientes? Hay que recordar que fue precisamente en Sonora donde por primera vez en la historia de nuestro país un candidato independiente llegó a ser electo, se trata de Arturo Moreno Federico quien fue electo en 1949 para ser alcalde de Magdalena. Más recientemente, Sonora volvió a hacer historia al lograr que un alcalde independiente, el de Cananea, sea reelecto por primera vez. Hay cientos de hermosillenses con cualidades para ser alcaldes, hay que empezar a abrir el ojo y proponerlos. Aunque su probabilidad de ganar sea baja, el simple hecho de realizar propuestas alternativas a las de candidatos convencionales sería un gran avance, logrando así un mayor nivel de democracia, ofreciendo el contrapeso político que tanto le hace falta a nuestra ciudad. De ganar la alcaldía, Hermosillo pasaría de nuevo a la historia política de México, al convertirse en la primera capital de un estado en tener un alcalde independiente. Nuestro país se encuentra viviendo un proceso de transformación, sin embargo, nuestra ciudad se está quedando al margen, desaprovechando esa oportunidad histórica.
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El autor es licenciado en Historia por la Universidad de Sonora con maestría en Estudios Latinoamericanos, especializado en desarrollo y políticas públicas por la Simon Fraser University en Vancouver, Canadá.