Ciudad de México.- El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático publicó su sexto informe de evaluación, el cual abarca ocho años de preparación y una gama de conocimientos sobre el sistema climático.
Dicho trabajo fue compilado por cientos de científicos a partir de miles de artículos académicos y publicado en cuatro partes, en agosto del 2021, febrero y abril de 2022 y marzo del 2023.
El informe reunió los hallazgos más importantes, pero también destacó algunas medidas clave que los gobiernos y los países deben tomar de inmediato si buscan evitar una catástrofe climática:
Reducir el metano
Los recortes drásticos en contaminantes climáticos de vida corta, entre ellos el metano, podrían reducir en más de medio grado el calentamiento global.
El metano es un gas de efecto invernadero unas ochenta veces más potente que el dióxido de carbono, pero solo dura unos 20 años antes de degradarse.
“La mejor manera de frenar el calentamiento a corto plazo; a excepción de [la geoingeniería a través de] la gestión de la radiación solar, la eliminación de dióxido de carbono y la eliminación de metano, todo lo cual sigue siendo especulativo”, indicó Durwood Zaelke, científico evaluador.
La Agencia Internacional de Energía descubrió que tapar las fugas de las operaciones de combustibles fósiles no solo era de bajo costo sino que, en la mayoría de los casos, era activamente rentable.
Pero muchas de estas operaciones se encuentran en países con poco interés en la acción climática y, a pesar del compromiso de metano firmado por cerca de 100 países desde 2021 , las emisiones de metano siguen a la alza.
Detener la deforestación
La tala de selvas tropicales destruye algunos de los mayores sumideros de carbono del mundo y corre el riesgo de llevar al mundo a un “punto de inflexión”, en el que bosques como el Amazonas y el Congo se convierten en fuentes de dióxido de carbono para la atmósfera en lugar de absorberlo.
Los bosques que quedan en el mundo también son puntos críticos vitales para la biodiversidad, por lo que preservarlos no solo mantiene vivos los pulmones de nuestro planeta, sino que es esencial para cualquier esperanza de detener la pérdida catastrófica de especies globales, así como para los pueblos indígenas que viven allí.
Existe la esperanza de que las recientes tasas desastrosas de deforestación observadas en Brasil disminuyan, pero el trabajo será difícil.
El Congo también se encuentra todavía bajo una grave amenaza y, a pesar de los avances en Malasia e Indonesia, continúa la destrucción de los bosques para el aceite de palma.
Restaurar otras tierras degradadas y evitar que se conviertan en agricultura
Los bosques acaparan los titulares, pero muchos otros aspectos de los ecosistemas naturales son absorbentes vitales de carbono y, sin embargo, se están degradando. Restaurarlos beneficiaría a la naturaleza y al clima.
Los humedales y las turberas almacenan grandes cantidades de carbono, pero están amenazados ya que se drenan para la agricultura.
En los océanos, los pantanos de manglares y las praderas de pastos marinos, que almacenan carbono y pueden ayudar a reducir los impactos del aumento del nivel del mar y las tormentas, han sido destruidos.
Los propios océanos son enormes sumideros de carbono, pero su capacidad para absorber y almacenar carbono está cada vez más amenazada a temperaturas más altas.
Detener la sobrepesca, por ejemplo, eliminando los subsidios derrochadores para la pesca industrial y permitiendo que los ecosistemas marinos naturales se regeneren restauraría parte del ciclo natural del carbono de los océanos.
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