La práctica clínica y los datos reflejan que cada generación mantiene menos relaciones que la anterior.
Las razones que apuntan son múltiples; desde la influencia de la tecnología hasta la precariedad laboral, la vivienda o el feminismo.
Con el paso de las generaciones, éstas tienen menos sexo: “Lleva ocurriendo cuatro décadas”, apunta José Díaz, el presidente de la Asociación Española de Sexología Clínica (AESC).
Añadió que Eusebio Rubio-Aurioles, expresidente de la Asociación Mundial para la Salud Sexual y ahora asesor de WAS (por sus siglas en inglés), que lo anterior se da en Occidente.
No ocurre en Asia, África o Latinoamérica. “Las realidades son diferentes, y la calidad y cantidad de información en el mundo está desequilibrada. A estas investigaciones, costosas, no se dedican fondos”, detalla.
Donde sí se hacen estudios, esa realidad es una tendencia clara, aseguró Rubio-Aurioles, y más perceptible desde hace más de una década.
Entre las posibles razones del porqué de esta situación, según especialistas, son:
Precariedad o jornadas que se alargan.
Estrés y depresión.
Relaciones cada vez menos estables.
La confusión, sobre todo entre jóvenes, que les provoca la libertad sexual creciente de las mujeres.
Aunque la tendencia parece clara para los expertos, tener una foto exacta es complicado.
Más cuando no hay estudios cada cierto tiempo para conocer la evolución.
En Estados Unidos, recuerda Díaz, sí hay dos longitudinales, a lo largo de 20 años.
El resultado del primero fue que los estadounidenses practicaban sexo nueve veces menos al año a principios de la década de 2010 que a finales de los años noventa: en promedio, pasaron de tener 62 por año a 53.
El segundo fue la investigación en la frecuencia sexual entre 2000 y 2018: la inactividad sexual aumentó entre los hombres y las mujeres jóvenes (hasta los 34 años), pero sobre todo en ellos y sobre todo entre los 18 y los 24, y principalmente entre los solteros.
Se vieron las mismas bajadas en Alemania, entre 2005 y 2016; en Finlandia, entre finales de los noventa y mediados de los 2000; o en Australia, entre 2001 y 2013.
En España, la tercera oleada de la Encuesta sobre relaciones sociales y afectivas en tiempos de pandemia del Centro de Investigaciones Sociológicas, de marzo, da una panorámica del presente.
Preguntaron “qué situación” describía mejor “sentimental y sexual” de ese momento: un 17% “no mantiene ningún tipo de relación ni sentimental ni sexual con nadie”, y un 5,5% tiene “una relación afectiva sin relaciones sexuales”.
Además, tras la pandemia, la frecuencia había mejorado para un 8%, y empeorado para un 16%.