Hermosillo, Sonora.- Con 15 años de servicio, Laura García Roldan, maestra de preescolar, ideó el uso de títeres para dar lecciones de inclusión y relaciones interpersonales a sus estudiantes, por lo cual fue premiada con el Reconocimiento de Mejoras a las Prácticas Educativas.
La educadora originaria de Caborca compartió para Proyecto Puente que desde niña soñaba con convertirse en maestra, y conforme pasaron los años su convicción por desempeñar la docencia se fue materializando.
“De mis maestros, de mis maestras de preescolar, primaria… Como tuve muy buenos maestros, ahí fue donde me motivé; me interesó siempre la docencia”, comentó.
García Roldan cuenta que en su familia solamente había un tío que era maestro, quién además vivía en otro estado, y cuando éste supo que quería dedicarse a lo mismo que él, la apoyó para que pudiera completar su formación docente.
“Él fue quien me apoyó cuando inicié la carrera de maestro. Yo inicié en San Luis Potosí, motivada por él y por la escuela donde había ido, y ya después me cambié al estado de Sonora al Centro Regional de Educación Normal (CREN) donde culmino mi carrera de maestra”, relató.
En el 2006, año en que egresó de sus estudios de preparatoria, Laura con 18 años emprendió sus estudios para formarse como maestra y cumplir su sueño, pues nunca apartó de su vista su meta, la cual, a 15 años, reafirma como su vocación.
“Fue mi primera opción (la docencia) y la única: hacer examen para postularme en las escuelas normales (en los CREN)”, aseguró.
La maestra caborquense advirtió que todos los maestros tienen diferentes retos, pero el principal en la actualidad, para todos, es el fomento de la inclusión, el cual se debe afrontar no solo en las escuelas, sino también en los espacios de convivencia, pues es a partir de la educación que se puede erradicar la discriminación.
“No solamente es formar y aceptar una inclusión, sino ser una sociedad que en realidad esté adoptando [la aceptación del ‘otro’], que en el momento en que veamos un alumno con alguna barrera de aprendizaje o algún niño en los parques, como sociedad, como padres de familia, los mismos niños, que los incluyan, que también jueguen con ellos, para que los padres y madres no sientan que son señalados”, expresó.
Laura aclaró que fue en el mes de febrero cuando puso en marcha su actividad piloto, y gracias al éxito que ha tenido piensa mantenerlo e irlo adecuando a los diferentes niveles escolares.
“Por medio de los muñecos y del juego, los niños están aprendiendo a compartir, a respetar la diversidad de genero, la inclusión; hay muchas áreas donde se pueden aprovechar estos muñecos”, aseguró.
La maestra Laura hizo un llamado a toda la comunidad docente de Sonora a no perder la pasión por educar con el corazón, pues son las nuevas generaciones las que continuarán con un legado de aprendizaje.