Por Arquitecto Rogelio Cota Estévez
El Estilo Internacional o Modernismo en la ciudad de Hermosillo no se presentó si no hasta la década de los años cuarenta (aproximadamente 20 años después que en otras partes del mundo). A pesar de esto, no fue obstáculo para que dicha corriente transformara la fisionomía de la ciudad.
El crecimiento de la mancha urbana de Hermosillo en las primeras cuatro décadas del siglo pasado fue moderado. Sin embargo, la ciudad creció aproximadamente cuatro veces más en tamaño desde 1940 a 1960 de lo que creció desde 1900 hasta 1940. Dicho crecimiento se debe principalmente al auge de diversas industrias en el estado, tal como el desarrollo agrícola de la Costa de Hermosillo. La colonización de la Costa, permitió que otros sectores crecieran dentro de la ciudad, especialmente los servicios. Acompañado de esto, se invirtió en obra pública en todos los sectores, especialmente durante la gobernatura de Abelardo L. Rodriguez. La construcción del Bulevar Rodríguez, del campus universitario de la UNISON, la colonia Pitic, son algunos ejemplos de la mencionada transformación dentro de la ciudad.
Dichos sucesos provocaron la llegada de los primeros arquitectos al estado de Sonora, tales como el arquitecto Gustavo Aguilar, el arquitecto Leopoldo Palafox, el arquitecto Felipe N. Ortega, y posteriormente Hiram Marcor, Daniel Marín, Alberto Genda, entre otros, sentaron las bases para que se diera la llegada del movimiento moderno a la ciudad. Se proyectaron residencias, agencias automotrices, gasolineras, corporativos, almacenes industriales, infraestructura etc. Todos estos proyectos, contaban con lineamientos regidos por el modernismo.
Perduran varias obras pertenecientes a este movimiento en la actualidad, tales como el Museo Biblioteca de la UNISON, El Banco de México en la calle Rosales, el Edificio Sonora (detrás del Banco de México), el edificio del ISSSTESON sobre el Blvd. Hidalgo, así como residencias en la Colonia Centenario, Pitic y Modelo principalmente. Sin embargo, gran parte de las edificaciones representativas de este estilo se han ido perdiendo con el tiempo, ya sea por descuido o por intervenciones desafortunadas. Tal es el caso de La Clínica del Noroeste, que, si bien es un edificio conservado y en funciones, ha sufrido modificaciones estéticas que han ocultado ciertos elementos arquitectónicos originales. Contra esquina, se encuentra quizás el edificio más representativo del modernismo, formalmente hablando; Sonora Motors. Hoy en día es una tienda de autoservicio y todos sus elementos formales principales se han perdido.
En la actualidad, ante el auge de desarrollos inmobiliarios verticales, así como la evolución de muchos edificios residenciales en comercios y servicios, se corre el riesgo de perder la huella arquitectónica del movimiento moderno. Por ello, el Colegio de Arquitectos de la Ciudad de Hermosillo, encabeza un esfuerzo ante el Consejo Consultivo de la Zona Histórica de la ciudad, para elaborar un catálogo de edificios del movimiento moderno que merecen ser protegidos para que, en caso de ser intervenidos o remodelados, no pierdan del todo estos elementos que los caracterizan como tal y que, a su vez, representan la época de mayor crecimiento de nuestra ciudad. Quizás, si conservamos y potenciamos este legado histórico y arquitectónico, pudiera ser parte crucial de nuestra identidad cultural de ciudad.
El autor es arquitecto y Miembro de la Mesa de Desarrollo Urbano Sustentable y Servicios Públicos Municipales de HCV.