Hermosillo, Sonora.- Lo que inició como una tarde de senderismo, se convirtió en horas de rescate: Miguel Gálvez, un hombre de 39 años que sale a correr todos los días por los cerros de Hermosillo, se encontró en ‘El Bachoco’ a una venada bura que tenía fracturada una pata y, sin pensarla dos veces, Miguel se echó al hombro al animal de 42 kilos que cargó por 6 kilómetros de carretera para auxiliarla.
“Me gusta mucho la naturaleza y el deporte en general… esa vez venía yo de San Pedro atravesando la sierrita de esa zona. Cuando agarré el monte venía caminando por las veredas y entre todas las ramas llegué a un arroyo y la vi -a la venada-. Mi sorpresa fue que no se asustó, no corrió… estaba ella echadiza ahí y vi que una patita no le funcionaba porque intentó levantarse y no podía”, compartió Miguel para Proyecto Puente.
Fue el pasado 29 de abril cuando Miguel encontró a la venada que bautizó como Keyla, comenta que al verla su prioridad siempre fue rescatarla, ya que es amante de los animales, por lo que decidió cargarla hasta que su teléfono tuviera señal para poder llamar al número de emergencia 9-1-1.
“Salí con ella en el lomo y llegué a un lado de la UVM (Universidad Valle de México), a la gasolinera, cuando me agarró la señal llame al 911 para darle la atención requerida”, narró Miguel, y comentó que una vez puesto el reporte en la línea de ayuda, llegaron dos patrullas de la Policía Municipal quienes los trasladaron a la comandancia de San Pedro El Saucito en espera de que elementos de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) llegaran para auxiliar a ambos.
Una vez que el inspector federal de Profepa en Sonora, Germán Rosas, llegó a la comandancia, Keyla fue puesta a disposición de las autoridades y trasladada al Centro Ecológico de Sonora para recibir atención y valoración médica por especialistas, quienes diagnosticaron un aparente atropellamiento a la especie, lo que derivó en luxación en una de las patas y heridas internas.
Debido a la gravedad de las lesiones internas derivadas del fuerte impacto, Keyla no sobrevivió, según informó Germán Rosas de Profepa.
La buena acción de Miguel, le reconforta a pesar del deceso de la ejemplar de bura, a quien no dudó en ayudar desde que vio en malas condiciones detrás del cerro ‘El Bachoco’.
“Yo soy muy amante de los animales de cualquier tipo… una de las razones por la que me gusta andar entre los cerros es por la vegetación y los animales que no ves en la ciudad… si algún día andan en los cerros y ven a los animalitos traten de ayudarlos, cuidarlos, simplemente no atacarlos, somos nosotros quienes invadimos su hábitat natural. Me quedo con la gran experiencia que viví con ella al haberla cargado como por dos horas, fue algo muy bonito para mí y a la vez muy triste saber que ya no está más”, enfatizó Gálvez.