Por Antonio Planas y The Associated Press
Un hombre fue declarado culpable este martes por el asesinato de Kristin Smart, la estudiante universitaria que desapareció en California 1996. El padre del hombre, acusado de deshacerse del cuerpo de la joven, fue declarado inocente por un jurado distinto.
Los fiscales dijeron que Paul Flores, de 45 años, mató a Smart durante un intento de violación el 25 de mayo de 1996, en su dormitorio de la Universidad Estatal Politécnica de California, en San Luis Obispo. La estudiante tenía 19 años.
En específico, el hombre fue hallado culpable de asesinato en primer grado y enfrenta una sentencia de entre 25 años y cadena perpetua. Se espera que la sentencia se conozca el 9 de diciembre.
La foto publicada por el FBI muestra a Kristin Smart, la estudiante de la Universidad Estatal Politécnica de California, San Luis Obispo, que desapareció en 1996. FBI vía AP
Ruben Flores, de 81 años y padre de Paul, también había sido llevado a juicio acusado de complicidad por ayudar a enterrar a la estudiante, desenterrar sus restos y moverlos de escondite años después del asesinato. Fue declarado inocente tras un juicio separado.
Padre e hijo escucharon ambos veredictos este martes simultáneamente, aunque fueron juzgados por diferentes jueces.
Paul Flores había sido considerado sospechoso del asesinato durante mucho tiempo, pero los fiscales lo arrestaron a él y a su padre en 2021, después de que se reactivara la investigación sobre la desaparición de la estudiante.
Las autoridades no han encontrado el cuerpo de Smart, quien fue declarada muerta en 2002.
Los fiscales presentaron pruebas que mostraban que el cuerpo de Smart podría haber sido enterrado bajo una cubierta detrás de la casa de Ruben Flores, en Arroyo Grande.
Los investigadores hicieron decenas de búsquedas por más de dos décadas, pero una reciente hizo que se fijaran en la casa de Ruben Flores, localizada cerca de 12 millas al sur de la universidad donde estudiaba Smart, conocida como Cal Poly.
Detrás de un enrejado bajo la cubierta de su casa en una calle sin salida en Tally Ho Road, los arqueólogos que trabajaban para la policía encontraron en marzo de 2021 una alteración en el suelo del tamaño de un ataúd y también sangre humana, dijeron los fiscales.
La sangre estaba muy degradada como para obtener una muestra de ADN. Pese a que un experto en sangre dijo que esta era humana, la prueba utilizada no descartó la posibilidad de que fuera de un hurón o de un simio, aunque los registros judiciales indicaron que allí no se habían encontrado restos de animales.
El abogado James Murphy había demandado a Flores en nombre de los padres de Smart y había alegado que Flores y unos cómplices no identificados trasladaron el cuerpo cuatro días después de que los investigadores revisaran su casa en febrero de 2020.
Los investigadores no hicieron la excavación en la cubierta sino hasta más de un año después.
El juez de la Corte Superior de San Luis Obispo, Craig Van Rooyen, ordenó que se juzgara al hijo y al padre tras una audiencia preliminar de 22 días en la que determinó que existía una “fuerte sospecha” de que padre e hijo habían cometido los crímenes de los que se les acusaba, y que había una tumba bajo la casa de Ruben Flores en la que, en algún momento, estuvieron los restos de Smart.
Harold Mesick, abogado que representa a Ruben Flores, dijo previamente que las evidencias desenterradas eran ambiguas y no debían ser consideradas como evidencia de culpabilidad.
Información de Telemundo