Columna Contra las Cuerdas
El panista consentido de Andrés Manuel López Obrador, el gobernador de Yucatán, recibió este fin de semana al Presidente en la Península y ambos hablaron por algunos minutos a solas en medio de la visita con motivo de la supervisión del Tren Maya. De inmediato se generó polémica al interior del PAN, pues en el instituto que encabeza Marko Cortés saben que Mauricio Vila es la corcholata del inquilino de Palacio Nacional no solo para que busque la candidatura presidencial por las siglas del albiazul, sino también para que intensifique la operación interna para ir por el control del partido.
Ajedrecista político de primer nivel, la fuerza popular de López Obrador le permite mover sus piezas no solo al interior de Morena, movimiento político que lo llevó al poder presidencial y que actúa de acuerdo a los intereses, necesidades y órdenes del tabasqueño, sino también a posicionar agenda dentro del PRI, donde lleva semanas marcando la pauta a partir de la crisis detonada por el caso Alito Moreno y ahora el presidente empieza a marcar ritmo de lo que sucede en el partido fundado por Manuel Gómez Morín, con intenciones en primera instancia de terminar de debilitar a la Coalición Va por México y luego tener tentáculos y cierto control en los partidos más importantes del país.
Desde la mañanera, López Obrador ya destapó para la candidatura presidencial del PRI a Alejandro Murat, una figura maleable y dispuesta a fortalecer el puente lopezobradorista en todos los sentidos tanto político como con una de sus obras insignias: el tren transístmico en Oaxaca. El mismo plan ahora busca el mandatario consumar en el sur con el Tren Maya y lo que será Le-tram, asunto abordado este fin de semana para que el Congreso local apruebe la construcción de un tren urbano, único en su tipo que va a recorrer los municipios para llegar a Mérida y conectar a los pasajeros con el Tren Maya, mismo que contempla recursos del gobierno local, empresarios y una mínima parte de aportación federal.
Ya son varias las fuentes cercanas tanto de Palacio como del gobernador Vila que narran la excelente relación que existe entre el panista y el jefe del Ejecutivo federal a partir de coincidencias por su afición al béisbol, así como a la buena relación institucional, a la que López Obrador ha correspondido con reconocimiento a los resultados de Yucatán en su estrategia de seguridad, así como por la buena disposición para trabajar de manera conjunta. El destape de Vila que ni siquiera Marko Cortés ni ningún otro correligionario suyo había hecho a pesar de sostenerse desde los últimos tres años en los primeros tres lugares de las encuestas de todas las casas que levantan estudios de opinión, puso muy inquietos a los panistas de la nomenclatura.
De acuerdo con militantes azules, al interior se está viendo una embestida silenciosa y después de la que protagonizó en contra del PRI, ahora las intenciones de López Obrador están encaminadas a causar cisma en la sede de la colonia del Valle de la Ciudad de México, donde la secretaria general Cecilia Patrón Laviada, además de ser número dos del partido y diputada federal es de todas las confianzas de Mauricio Vila. Otra pieza clave del gobernador en la capital es Elías Lixa Abimerhi, vicecoordinador parlamentario de Acción Nacional en la Cámara de Diputados, entre otras piezas importantes, que pueden favorecer una transición tersa al interior del partido albiazul. López Obrador no pierde tiempo, va por todas las canicas rumbo al 2024.
Uppercut: El Carnaval de Veracruz fue desfile de suspirantes al gobierno: El diputado Sergio Gutiérrez Luna, escoltado; Erick Cisneros, secretario general del partido, escoltado y llamó la atención el regreso de José Manuel del Río Virgen, recién liberado del penal de Pacho Viejo.