En México, en 2021, se registró el 34.9 por ciento de la población en pobreza y se estima que en 2022 se tenga un incremento de más de 1.3 puntos porcentuales para alcanzar hasta el 36.2%.
Las cifras actuales emitidas por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) en su informe “Repercusiones en América Latina y el Caribe de la guerra en Ucrania: ¿cómo enfrentar esta nueva crisis?”, publicado el 6 de junio, sitúan a México como el quinto país con mayor pobreza en Latinoamérica.
Este no es el peor escenario. En caso de que la inflación supere puntos porcentuales, incrementaría 2.3 por ciento la población en pobreza en el país; en un escenario extremo, advierte Cepal, la población en condición de pobreza podría elevarse hasta en 2.5 millones más de personas.

El informe de la CEPAL examina el impacto económico y social de la guerra en Ucrania en la región y entrega recomendaciones a los países sobre cómo enfrentar sus efectos.
Mario Cimoli, secretario ejecutivo interino de la Comisión, declara que “la inflación no nace exclusivamente con la guerra, nace precedentemente y el impacto que tuvimos durante la pandemia es uno de los principales”. América Latina y el Caribe cerró la inflación con 3 por ciento en 2020 y en 2021 con 6.6%.
El informe prevé un crecimiento del 1.8 por ciento para 2022 en la economía de América Latina. Esto quiere decir que el pronóstico coloca a la zona 1.3 puntos porcentuales debajo de la predicción en enero.
En México, durante la primera quincena de mayo, la inflación anual se colocó en 7.58 por ciento, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Sin embargo, el informe pronostica el crecimiento de 1.7% en el PIB nacional para 2022.
La recuperación del empleo es más lenta que la del PIB. En 2022, el aumento de la participación y la lenta creación de empleos llevará a una mayor tasa de desocupación, resalta el informe.
Esta dinámica afecta en especial a las mujeres y sus ingresos, lo que obstaculiza su autonomía económica.

Resalta que las mujeres no recuperan las tasas de participación previas a la crisis y sufren mayores tasa de desempleo que los hombres.
“La inflación las afecta en mayor medida pues, al tener menor ingreso, destinan una mayor proporción al consumo cotidiano familiar”, indica.
Otra consecuencia del incremento de la inflación es el alza de precios que generará un fuerte retroceso en la lucha contra la pobreza, ya que las personas en hogares pobres sufren más los efectos por su mayor consumo relativo de alimentos y transporte.
Además, la inflación de alimentos genera un aumento en la inseguridad alimentaria, ya que integra a casi 8 millones de personas a esta situación.
En el caso particular de México, el país registró 12.1 por ciento de inflación en marzo de 2022 de alimentos y bebidas, un incrementó de 5.3 puntos porcentuales en el promedio de 2021.

Respecto al saldo comercial en alimentos, México se encuentra en el cuarto lugar con 9 mil 832 millones de dólares.
Por otro lado, el informe resalta que en la zona hay insuficiente producción de refinados, ya que América Latina y el Caribe en 2020 tuvieron 50.2 por ciento de rendimiento y utilización de las refinerías. En este rubro, México cuenta con 37.9%, lo cual lo coloca en el tercer país con menor porcentaje de utilización.
El documento indica que la guerra tendrá diferentes impactos en los países de la región.
Argentina, México y Perú pertenecen a un grupo de países productores y exportadores de hidrocarburos, pero tienen una balanza comercial negativa porque su producción de productos refinados para el mercado interno es altamente deficitaria.
El informe declara que ante la regionalización de la economía mundial la región no puede continuar actuando de manera fragmentada, por lo que se debe apostar por el incremento de la articulación regional en las respuestas a la crisis y formular e implementar respuestas de la región en su conjunto o de sus bloques de integración.

Las soluciones que plantea la Cepal consisten en asegurar el bienestar de los más pobres, lo que incluye no restringir el comercio internacional de alimentos y fertilizantes, mantener o aumentar subsidios a alimentos, acuerdos para contener precios y reducir o eliminar aranceles.
A mediano plazo, se recomienda crear políticas agrícolas e industriales, apoyar la producción agropecuaria y fomentar la producción de fertilizantes.
Respecto a la seguridad energética, las recomendaciones consisten en crear mecanismos de estabilización de precios de combustibles, subsidios focalizados y temporales a personas y sectores más vulnerables, y crear mecanismos regionales de diálogo y coordinación. Además, de avanzar en las fuentes renovables e e integración energética.
“La coyuntura es una nueva oportunidad para dinamizar el proyecto de la integración regional, poniendo en el centro la generación de redes productiva intrarregionales que reduzcan la excesiva dependencia del abastecimiento desde el resto del mundo”, concluye Cimoli.