Hace un año empezamos a escribir en esta columna precisamente con la conmemoración del Día Mundial del Agua, quisiera decir, que ya en este 22 de marzo, vamos mejorando en cuestión de la gestión, administración, cuidado, equidad, control y seguimiento de este recurso tan vital para la vida del planeta, sin embargo, no vamos mejorando en lo absoluto.
Los seres humanos que tenemos acceso sin problemas a este recurso hídrico, pensamos que es un recurso que jamás se va acabar, mientras alrededor de 3.4 mil millones de personas, es decir el 45% de la población mundial, carecen de acceso a instalaciones de saneamiento seguras. Según evaluaciones independientes, para el año 2030, el mundo enfrentará un déficit global de agua del 40%. Dicha situación se verá agravada por desafíos mundiales, tales como la covid-19 y el cambio climático, (UNESCO, 2021).
El último Informe Mundial de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos 2021, nos señala que alrededor del 80% del total de aguas residuales industriales y municipales se vierten al medio ambiente sin tratamiento previo, esto provoca la contaminación de los cuerpos de agua receptores disminuyendo la calidad de las aguas superficiales y subterráneas, poniendo en riesgo la salud de la población y la integridad de los ecosistemas.
Según el Consejo Ejecutivo del Agua, A.C, nos muestra un panorama de cómo nos encontramos en México sobre esta problemática, señalando que la distribución geográfica del agua no coincide con la distribución geográfica de la población. El volumen de agua renovable promedio en el país per cápita es de 4 mil 028 metros cúbicos por habitante por año. Sin embargo, existen diferencias sustanciales entre el Sureste y el Norte del territorio; se observan áreas con gran escasez de agua y regiones con frecuentes eventos hidrometeorológicos que significan costosas inundaciones y afectación de asentamientos humanos e infraestructura.
La cobertura nacional de agua potable es 91.6 %., donde el 22.7% del agua superficial se encuentra contaminada o fuertemente contaminada y el 78% del agua se utiliza para fines agropecuarios y este genera 62% de las aguas residuales (cargas orgánicas, plaguicidas y fertilizantes, entre otros contaminantes).
Según Conagua, en su información actualizada en el 2021, señala que de los 653 acuíferos que tenemos a nivel nacional, 157 se encuentran sobreexplotados. En Sonora, se encuentran 11 acuíferos sobreexplotados (Sonoyta-Puerto Peñasco, Caborca, Busani, Coyotillo, Magdalena, Costa de Hermosillo, Sahuaral, Mesa del Seri, Valle de Guaymas, San José de Guaymas).
La escasez del agua superficial en la Región ha propiciado la explotación de Agua Subterránea, a fin de proveer principalmente a las actividades agrícolas. Los acuíferos de mayor importancia por sus grandes volúmenes de extracción son los que se ubican en las zonas de Caborca, Costa de Hermosillo, Valle del Yaqui, Valle del Mayo y Río Sonora; juntos representan 50% del total de las extracciones en la Región.
Si no se trabaja con criterios de sostenibilidad en los usos del agua, es muy probable que tengamos afectaciones tremendas.
Es fundamental que todos los sectores utilicemos de manera eficiente éste recurso que no es infinito.
Lic. Pamela Ibarra Dávila
Presidenta de Cultura Verde Amor por el Planeta A.C