Por Manu Ureste y Siboney Flores
México.- Tan solo tres semanas después de que comunicadores de todo el país marcharan el pasado 25 de enero en protesta por el asesinato de tres periodistas, ayer lunes se llevaron a cabo nuevas protestas en múltiples estados de la República con el lema #NoSeMataLaVerdad.
Entre una marcha y otra han pasado tan solo 20 días. Tiempo en el que, a pesar de las protestas y exigencias de justicia y del cese de las agresiones, se registró el asesinato de otros dos periodistas: el oaxaqueño Heber López Vásquez, de RCP Noticias, y Roberto Toledo, integrante del portal Monitor Michoacán.
Además, en ese corto lapso, también se registró el asesinato de Marcos Ernesto Islas, hijo del periodista Marco Antonio Islas, excolaborador de medios en Tijuana, y el intento de homicidio de Nezahualcóyotl Cordero, director del portal CG Noticias.
Ante esas nuevas agresiones, en la sede de la Secretaría de Gobernación en la Ciudad de México fueron colocadas veladoras y sillas con las fotografías de los cinco periodistas asesinados en apenas mes y medio de este 2022, y se lanzaron consignas como “Justicia”, “Ni silencio ni olvido”, o “Nos están matando”.
“Vemos con impotencia que, a pesar del llamado y del reclamo constante a las autoridades de los tres niveles de gobierno, la única respuesta que hemos recibido a la fecha es el silencio, y la continuidad de los asesinatos de periodistas en México”, dijeron periodistas en el improvisado templete que se instaló frente a la puerta principal de Gobernación, dependencia federal de la que, como en la anterior manifestación de finales de enero, no salió ningún funcionario a escuchar ni atender los reclamos.
“Estamos hartos de tanta impunidad y de lo tremendamente fácil que es matar a un periodista en México”, insistieron los comunicadores. “Es urgente que cese la violencia hacia la prensa, misma que el presidente López Obrador y otros gobernantes en el país promueven”, agregaron los comunicadores, que demandaron “garantías” al Estado mexicano para ejercer la profesión periodística “sin temer por nuestra vida y fama públicas”.
Ante esta situación de agresiones reiteradas e impunidad –en México, el 99% de los delitos contra periodistas permanecen sin una sentencia–, los comunicadores hicieron un llamado a seguir movilizándose, aunque plantearon la necesidad de idear estrategias de “movilización permanente” para no solo “reaccionar” ante el asesinato de un comunicador, “sino que nos defienda de manera cotidiana”.
“Invitamos a la población a sumarse a esta movilización, pues cada vez que una trabajadora o un trabajador de los medios de comunicación es atacado o asesinado, se vulnera también su derecho a la información y a la libertad de expresión”, señalaron los periodistas presentes en Segob.
Griselda Triana, viuda de Javier Valdez, periodista y fundador de Ríodoce asesinado a tiros en mayo de 2017 en Culiacán, Sinaloa, tomó el micrófono para condenar los últimos cinco homicidios de periodistas en México.
“Ellos, sus imágenes, no deberían de estar en una silla –arrancó diciendo–. Y ustedes no deberían estar aquí, sino en las salas de redacción ejerciendo la labor que ustedes han elegido como una forma de vida”.
“Sé que hay muchos periodistas en México que estarían de acuerdo con lo que escribió Javier hace algunos años: ‘Nada de lutos ni de silencios, dejemos la protesta de utilería y sigamos haciendo periodismo. Hay plazas que nos esperan. Ante la muerte de periodistas, ni lutos ni silencios. Sigamos haciendo periodismo, encabronados y dolidos, para que no nos ganen los malos ni el olvido”.
A las decenas de periodistas y profesionales de la comunicación que se reunieron ante la Secretaría de Gobernación, también se unieron ciudadanos, activistas, e integrantes de organizaciones de la sociedad civil, que se solidarizaron con el gremio ante las continuas agresiones sufridas.
“Los periodistas hacen visibles las injusticias y los abusos de poder. Ellos son los ojos críticos de la sociedad. Por esto estamos hoy aquí apoyándolos”, dijo la señora María, que portaba una pancarta que rezaba: ‘Basta de impunidad y basta de injusticia’.
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Portada de Ethan Murillo