Con motivo de los 16 días de activismo, en el marco del Dia internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, la entidad de la ONU para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de la Mujer, conocida como ONU Mujeres, realizó un llamado para que los diferentes sectores de la sociedad participen en el desarrollo de políticas tendientes a reducir la brecha salarial que persiste en el país, y que con la pandemia por covid-19, vino a agudizarse.
Los problemas de índole publico corresponden ser atendidos estratégicamente por los diversos sectores. Por ello, este organismo se propuso sumar los esfuerzos de diferentes liderazgos de instituciones públicas, organismos y empresariado, para enfrentar en conjunto la violencia contra las mujeres y niñas asumida como un problema estructural que se agrava por las grandes desigualdades económicas y laborales que persisten entre mujeres y hombres.
De acuerdo a la ONU Mujeres México, en nuestro país las mujeres perciben un salario 34.3% menor al de los hombres. Asimismo, la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo 2021 (ENOE) refiere que un total de 14 millones 228,426 personas reciben hasta un salario mínimo, de las cuales el 50.1% son mujeres.
El trabajo doméstico no remunerado y de cuidados a terceros (hijas e hijos, adultos mayores) es una de las dimensiones en las que la desigualdad en las condiciones de vida de hombres y mujeres se expresa con mayor claridad, al evidenciar la sobrecarga de trabajo a la que están expuestas las mujeres. Aunado a ello, el acceso a guarderías o a cuidados maternos es una necesidad importante para quienes trabajan fuera de casa.
En un reciente estudio divulgado por la organización México Social (mexicosocial.org) se ha abordado la desigualdad estructural que permea en las áreas de oportunidad laboral y salarial en el mundo.
De acuerdo a esta organización, “por cada dólar que gana un hombre, una mujer percibe 77 centavos de dólar, por un trabajo igual; es decir, la brecha salarial promedio mundial es de 23%”. Así mismo, también revela que la brecha, es aún mayor para las mujeres que laboran y que tienen hijos.
En este sentido, México Social indica que los empleos a los que tienen acceso las mujeres son de menor cualificación laboral, tienen menos acceso a la seguridad social y además se registra una baja participación en las estructuras de toma de decisiones tanto en el sector público como en el privado. Además, “las mujeres realizan, en promedio, al menos dos veces y media más trabajo doméstico no remunerado y de cuidado en los hogares, respecto de lo que realizan los hombres”.
También la Organización Internacional del Trabajo (OIT), agencia de la ONU, se ha pronunciado acerca del impacto que la pandemia por el covid-19 ha tenido desproporcionalmente entre mujeres y hombres:
“La pérdida de empleos debida a la pandemia afectó de forma desproporcionada a las mujeres y la etapa post covid-19 no cambiará el panorama. El año próximo el nivel de ocupación de los hombres recuperará el nivel de 2019, mientras que habrá trece millones menos de mujeres trabajando.”
La violencia contra las mujeres tiene su origen en los procesos culturales, y se refuerza en cada proceso de socialización, en la familia, la iglesia, la escuela y las empresas. Por ello, el llamado es para que los diferentes ámbitos de la sociedad refuercen medidas para garantizar la apertura y protección de los derechos de las mujeres.
“La corresponsabilidad en el trabajo de cuidados al interior de los hogares entre hombres y mujeres, las empresas y los gobiernos -mediante la provisión de servicios de cuidado de calidad- deben estar al centro de la respuesta ante la crisis. Esto contribuirá a la creación de empleos, facilitaría la participación de las mujeres en el mercado laboral, y tendría un gran impacto positivo en la economía. Esta es una oportunidad para transformar normas sociales y promover relaciones libres de violencia” Alejandra D’Hyver. Coordinadora de Proyectos de empoderamiento económico en ONU Mujeers México.