Demos el siguiente paso. Los días siguen corriendo y pasan a una gran velocidad, el tiempo no perdona, no se detiene, no vuelve, jamas retrocede.
En estos días ¿ya te diste cuenta que persigues? ¿Hacia donde te diriges con lo que haces?
Estamos en el gran movimiento de la vida, de la energía, previo a la navidad, la natividad. “El nacimiento de Dios” y en algunas religiones empezó ya la preparación para estar en condiciones de recibir al “niño Dios”. Tú, ¿ya estas listo?
Pero, que significa esto en nuestras creencias, ¿que podemos seguir corriendo de un lado para otro? ¿buscando y pensando que regalarle a nuestros seres queridos, a nuestros amigos?.
Buscando como llenar vacíos existenciales que no hemos sido capaces de llenar y que en muchas ocasiones, buscamos ocupar esos espacios con cosas materiales.
Aún recuerdo aquel anuncio que muchos tuvimos la oportunidad de escuchar “regala afecto, no lo compres”.
Así que, sigamos con la preparación para recibir a nuestro niño Dios, que puede representar la sabiduría, el conocimiento, la alegría, la paz, incluso incrementar nuestra conciencia con una mayor conexión a lo Divino.
Lograr esto, es sencillo, empecemos por ser amables, generosos, agradecidos, atentos, para recibir también, amabilidad, generosidad, atención y por supuesto agradecimiento, sin necesidad de comprarlo.
Aprovechemos estos días, que nos sirvan para re-pensar, re-diseñar, re-ajustar, re-acomodar, re-direccionar nuestra vida.
Tomemos conciencia de lo que estamos haciendo. De, si las experiencias que estamos teniendo nos están uniendo o separando; si nos están integrando o fragmentando a nosotros mismos.
No es afuera, es adentro. Tenemos tantos espacios nuestros sin conocer. Escuchaba una enseñanza de la Maestra Lucía Cordero que decía es como si nacieras en el baño de tu casa, crecieras en el baño de tu casa, te reproduces y murieras en el baño de tu casa y no te das cuenta que la casa tiene mas espacios.
Espacios que no conoces, porque no te haz atrevido a salir. Pero tiene sala, comedor, cocina y hasta un jardín hermoso. Esta metáfora nos dice de todo lo que nos estamos perdiendo de nosotros mismos.
Así que hay que salir, “hay mucho, mucho mas de lo que nos podemos imaginar y que nos lo estamos perdiendo, al quedarnos solo en la materia”.