La lucha para combatir la obesidad y comorbilidades entre niñas y niños quedó a medias, porque en la publicidad de productos considerados como alimentos chatarra aún vemos campañas con personajes infantiles en diversos medios.
Aunque en el primer trimestre de este año quedó prohibido este tipo de etiquetado en alimentos altamente calóricos, al comprobarse científicamente que son un arma poderosa de influencia y persuasión capaz de formar actitudes o crear necesidades, la industria aún se resiste a dejar el marketing para conquistar el inconsciente de los menores y despertar el deseo de consumir sus productos.
Una empresa de panes y pastelillos mantiene activo a uno de los personajes más queridos de Roberto Gómez Bolaños para promover “el golpe de sabor” de un alimento cuyo consumo del empaque de cuatro piezas alcanza casi el total de calorías permitidas en un día. Hablamos ayer con Alejandro Calvillo, director de El Poder del Consumidor y quien inició hace años una batalla contra empresas de golosinas, papas, refrescos y bebidas azucaradas. “Falta por publicarse una modificación al reglamento a la Ley General de Salud en materia de publicidad. Pero no entendemos por qué esto lleva meses detenido en el jurídico de la Presidencia”.
Es cierto que en tienditas o supermercados ya no vemos en los empaques las figuras infantiles con que las empresas secuestraron la atención de los menores, y que en su lugar leemos los contenidos con que están elaborados los productos; sin embargo, todavía hay transnacionales recurriendo a personajes infantiles, en redes sociales y otros medios de comunicación, como gancho para crear necesidades de consumo. O sea, los dibujos animados no se ponen en los empaques, pero sí se hacen campañas con ellos.
Esperemos que la Consejería Jurídica de la Presidencia pronto emita las nuevas reglas para que la estrategia que vulnera a la población infantil se elimine de todos los medios.
Otro pendiente, y en donde sí se violan normas legales, es en la venta en cooperativas escolares de esos productos. “Tenemos 10 años con una ley que prohíbe la venta de esos productos en las escuelas y todavía no se cumplen los lineamentos”, aseguró Alejandro Calvillo.
Somos el país número uno con enfermedades cardiovasculares, obesidad y otras entre la poblaciones infantil y adulta, a causa de mala alimentación o alto consumo de azúcares y carbohidratos, por lo que también urge que Delfina Gómez, titular de la SEP, ordene a las escuelas a dejar de ser fábricas de enfermos.
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Uppercut: En la FIL Guadalajara se presenta el libro Drama y odisea de la migración mexicana, escrito por el senador Heriberto Galindo y Emilio Coral para editorial Malpaso. Además de describir el problema, también propone acciones que se deben realizar para mejorar las condiciones sociales, económicas y políticas de los países expulsores de indocumentados.
Alejandro Sánchez
@alexsanchezmx