Por Briyitte Alejandra Espinoza Real
¿Has notado que la violencia es el tema central de nuestro día a día? Lamentablemente es una realidad que vivimos actualmente en muchos de los espacios donde normalmente nos desenvolvemos.
La violencia contra las mujeres y las niñas es uno de los principales problemas en México y América Latina siendo esta una de las más recurrentes afectando a miles de mujeres y familias; la violencia que sufren niñas y mujeres es una forma de discriminación que impide su desarrollo, así como el acceso a oportunidades ya que tiene consecuencias considerables en el estado de salud física y mental, además de su libertad, seguridad y vida social.
Y como seguramente ya lo sabes, cuando hablamos de violencia no solo nos referimos a la manifestación física de la misma, es decir aquella que se da a través de golpes, sino a todos sus tipos y modos, ya que es importante reconocer que la violencia se da de muchas maneras, en muchos espacios y por muchas razones, por lo que es necesario hablar no solo de uno sino de varios tipos de violencias para una mejor comprensión de la situación a la que nos enfrentamos en la actualidad, porque, aunque no seamos víctimas directas del problema es importante considerarnos como parte de la solución.
Podemos hablar entonces de varios tipos, como la violencia física, psicológica, económica, sexual y patrimonial que se dan en diferentes espacios como el ámbito familiar, social, institucional y laboral; considerando lo anterior, una persona puede estar viviendo violencia en todos sus tipos y espacios por diferentes agresores/as y es importante poder detectar a tiempo señales de alerta que nos ayuden a prevenir y atender la situación.
Es fundamental reconocer que la violencia que se da hacia las mujeres y niñas es sistemática y gradual, lo que quiere decir que es un problema social que nos corresponde a todas las personas y que comienza, en la mayoría de los casos con manifestaciones leves que con el tiempo aumentan la intensidad, duración y riesgo.
Al hablar de violencia sistemática nos referimos a una serie de conductas, creencias, tradiciones, estereotipos y demás que están social y culturalmente arraigados y que giran en torno a la discriminación e imposición de roles por lo que es vital poder reflexionar en torno al impacto que tienen estos factores psicosociales en el mantenimiento y la normalización de la violencia, ya que vivimos en una sociedad donde hemos normalizado consciente e inconscientemente conductas agresivas, que incluso son motivo de entretenimiento cultural que se replica en el hogar, así como en el espacio social, digital y laboral, entre otros.
Para prevenirla y atenderla primeramente es importante aprender a identificarla, para ello debemos considerar la violencia contra las mujeres como todo acto violento que está basado en el género y que tiene o puede tener como resultado una consecuencia física, sexual o mental para las mujeres; las agresiones pueden ir desde humillaciones, celos, gritos, manipulación, golpes, violaciones hasta la muerte y la persona agresora puede o no tener una relación con la victima por lo que se debe hacer énfasis en que la violencia contra las mujeres se da tanto en espacios públicos como privados.
Para apoyar la prevención es necesario hablar del tema desde la infancia brindando herramientas a niñas, niños y adolescentes para identificar y denunciar cualquier tipo de agresión asegurando espacios de escucha activa y libres de prejuicios, así como disminuir y erradicar la imposición de roles basados en creencias, tradiciones y estereotipos socioculturales reconociendo los derechos de todas las personas.
Además, es necesario promover relaciones sanas en todos los espacios, así como denunciar cualquier agresión y discriminación para atender de manera oportuna las situaciones de violencia sin distinción, con el fin de favorecer entornos seguros.
Denunciar ayuda a prevenir, detectar y atender a tiempo, sin embargo, es necesario que la víctima cuente también con una red de apoyo conformada por familiares, amigas/os y/o aliadas/os que pueda brindar asistencia inmediata en caso de ser necesario, la violencia no debe seguir siendo un tema normalizado, debe atenderse para disminuir su impacto y asegurar el acceso de las mujeres a una vida libre de violencia.
*Licenciada en Psicología por la Unison. Psicóloga en Grupo Lorem, colaboradora de la Asociación Sonorense para la Salud Reproductiva A.C., integrante de REDefine Sonora y facilitadora de talleres. Contacto: grupolorem@gmail.com