Es sumamente común recibir reportes de vecinos molestos porque los perros o gatos de alguien más hacen sus necesidades en sus jardines dejando sus desechos expuestos en vía pública; esta molestia ha llevado a algunos de estos ciudadanos a lastimar a los animales y a su vez a cometer un delito. Por ejemplo el envenenamiento es una de las formas de maltrato más frecuentes que se nos reporta y como lo mencioné obedece mayormente a una molestia que deriva de la irresponsabilidad de otros, en este caso de un vecino y ciudadano sin mayor respeto por el resto de la comunidad pero tampoco por el animal, pues lo deja expuesto y vulnerable ante estas situaciones.
Según estudios de la UNAM se estima que en promedio un perro de tamaño mediano defecará unos 600 gramos diarios y si tomamos en cuenta que hay alrededor de unos 250 mil perros en Hermosillo pues tenemos como resultado toneladas y toneladas de desechos, esto sin contar los desechos producidos por las personas en situación de calle, otra grave problemática desentendida de años. Esta materia fecal que queda al aire libre termina secándose y pulverizándose de tal forma que se quedan partículas en el aire que respiramos y a su vez éste contamina alimentos y fuentes de agua y ello tiene como resultado problemas de salud como infecciones respiratorias, estomacales etc.
¿Y qué hacer con todos estos desechos? Bueno primero que nada una correcta disposición, pero sobre todo exigir Y concientizar al ciudadano:
Primero: en no dejar a sus animales de compañía en la calle donde ocasiona molestias a la ciudadanía pero que además los deja en un estado vulnerable ante personas intolerantes que puede lastimarlos.
Segundo: fuertes campañas para la tutela responsable de animales, y entre las acciones llevar a cabo una campaña para promover el recoger las heces fecales de nuestros animales de compañía y en caso contrario aplicar el reglamento derivado de la Ley de Protección de Animales, específicamente del capítulo de las obligaciones de los dueños donde se establece que hay que sancionar a quien omita en hacerlo.
Tercero: por más increíble que parezca buscar usos para toda esta materia, pues por ejemplo en países de primer mundo se utiliza para la creación de energía, lo cual se logra por medio de procesos que utilizan microorganismos que convierten la materia orgánica contenida en un biogás compuesto de metano y dióxido de carbono, que en el caso de contener al menos 60 por ciento de metano, puede aprovecharse a través de calderas, motores, microturbinas y sistemas de cogeneración de energía térmica y eléctrica. Literalmente pudiéramos iluminar una ciudad por medio de estos desechos.
Es de suma importancia que el ciudadano asuma no solo su responsabilidad sino un rol activo en esta y otras problemáticas para tener una mejor convivencia pero a la vez disminuir las problemáticas vecinales y de maltrato animal.
¿Y tú la recoges?