Hermosillo, Sonora.- Una caja con tomates y otra con chiles, un saco de frijol y otro de arroz: bulto tras bulto, Ancelmo Ayala y los niños llenaron la caja de una camioneta pick-up para llevarla a su comedor comunitario en Miguel Alemán y compartir los resultados con todos sus amigos.
La mañana de este viernes, 80 de los 300 niños y niñas en situación vulnerable que se alimentan en el comedor Unidos por Miguel Alemán, se subieron a un camión para viajar a la Central de Abastos Francisco I. Madero, en Hermosillo, para que los locatarios, después de conocerlos, se animaran a hacerles donativos para sus desayunos y comidas diarias.
Aunque se quedaron tirados en la carretera, a medio camino, lograron que un amigo de la comunidad les prestara un camión distinto para lograr su objetivo. Al llegar, local tras local, fueron entregando un volante a los dueños y trabajadores de la central, quienes, sin pensarlo dos veces, se desprendían de una caja de esto y un saco de aquello.
“Nunca habíamos salido, es la primera vez en 14 años”, dijo Ancelmo, fundador del comedor, “queremos darle el mensaje a todos los comerciantes -no nada más de aquí- que a veces podemos ayudar y no nada más a mis desayunadores, sino a otros lugares donde hay hambre; queremos motivarlos a ser mejores humanos”.
Ancelmo cuenta que es de Chihuahua y llegó a Sonora siendo un niño como los que hoy apoya: viajó con sus padres, que buscaban llegar a Estados Unidos, pero se quedaron acá a trabajar en los campos agrícolas.
“Sufrí mucho de niño, mucha hambre, a veces comía una tortilla con chile”, narra quien fundó el comedor hace 14 años, “y hoy que Dios me da la oportunidad de poder luchar por ellos, se me haría muy triste no ser el humano que Dios quiere que sea”.
Y concluye: “Hacer esto es algo lindísimo, que yo no lo cambio ni por todo el dinero del mundo. Es una felicidad ver a un niño que llega y te abraza, que tiene una esperanza de amor, es algo que no tiene precio. Es lo que yo le quisiera decir a las personas: que el dinero no lo es todo. Si somos mejores humanos, Dios nos va a bendecir y la felicidad no está en el dinero, es necesario, pero no es la felicidad”.
Conoce más de la historia en: Hasta 900 platos de comida al día reparte “Don Chemo” a niños y migrantes en sus comedores de Miguel Alemán
Si quieres hacer algún donativo, puedes llamar al (662) 103 9802.