En decenas de ocasiones nos enteramos de episodios de mordeduras de perros -y en menor frecuencia de gatos-, a personas y una gran mayoría de ellos resultan ser niños; como siempre en estos casos nos cuestionamos: ¿De quién es la culpa cuando algo así sucede? ¿Por qué sucede? y ¿Cómo evitarlo? Evidentemente no es culpa del niño pero tampoco del perro o gato, en todo caso la responsabilidad de la situación corresponde a los padres o bien de quien esté a cargo de la supervisión tanto del niño como del animal porque permiten que una situación peligrosa pase a mayores.
Este tipo de episodios se presentan lamentablemente porque ignoramos el lenguaje de los animales, ese lenguaje por medio del cual nos indican sus emociones, nos hacen saber su incomodidad, su enojo o bien su felicidad, y no sólo lo ignoramos en el sentido de que no le hacemos caso, sino que definitivamente no lo conocemos, incluso cuando un animal tiene muchos años viviendo con nosotros, puede haber situaciones y momentos en los que no se sienta cómodo, por ejemplo, quizá un día le duele algo y el niño se le recarga sin querer, evidentemente al sentir dolor reaccionará de forma natural donde cabe la posibilidad de que pudiera morder o gruñir, pero nosotros lo interpretaremos como una “agresión”.
Para lograr que una relación entre perros, gatos y niños sea buena y evitemos que ocurran este tipo de “accidentes”, lo primero que tenemos que hacer es analizar y ser proactivos, es decir, observar la interacción entre el niño y los animales y en todo caso interrumpirla cuando alguno de los dos muestre incomodidad. ¡No forcemos a ninguno de los dos! Pero sobre todo ten en cuenta las situaciones que jamás debes permitir como aquellas donde el niño se acerque a la comida del perro o gato o bien que intente quitársela, sobre todo cuando el animalito ha dado señales de que le molesta y claro es lógico ¡Es comida y su espacio! Tampoco es necesario enseñarles a los perros que podemos quitarles su comida, al contrario enseña a los niños a respetar ese momento del animalito así como debemos respetar el espacio de cualquier persona; por otro lado no dejes bajo ningún motivo que los niños molesten a los animales, perros, gatos, aves etc. pues cualquiera de ellos puede mostrarse “agresivo” si a su vez se siente agredido, antes quizá te dé señales, no las ignores, dicen que siempre hay una primera vez, tratemos de evitar esta primera vez.