“Confía en ese impulso, no importa qué tan ilógica o abrumadora
se sienta la siguiente cosa correcta que tengas que hacer.”
-Glennon Doyle, Untamed.
Durante la vida, cada uno de nosotros atravesará diversas metamorfosis. Una de las más recientes para mi ha sido el desprenderme de mi piel de gestora cultural operativa, dejar de hacer agendas, festivales, programación, procuración de fondos, administración, entre otras actividades diarias que eran el centro de mi vida y enfocarme a la docencia como única actividad profesional mientras reconstruía mi proyecto de vida personal fuera de México.
Siempre había dado clases a la par de mis actividades administrativas, pero ahora, mi camino se perfiló hacia la enseñanza cómo la opción que mejor armonizaba con mi nueva vida. Pero es que yo daba clases solo de temas en los que tenía experiencia, donde tenía todo bajo control. Ahora, me dedico de 7 a 3 a ayudar a habilitar a jóvenes migrantes de todo el mundo para comunicarse, adaptarse y relacionarse a un sistema educativo y cultura que aún es nueva para mi también. Haber nacido en Sonora, hizo que los temas fronterizos no fueran tan ajenos, pero nunca es lo mismo ver por encima que hacer y que te tenga que salir la cosa.
Una mañana de septiembre del 2020, entré trabajar a mi primer día de clases en una preparatoria de Texas como asistente instruccional de maestros en un programa llamado “New Arrival Center” (algo así como “Centro para los que van llegando”). Suong, una adolescente que llegó de Vietnam, no sabía inglés y para lograr atravesar el día 1, nos comunicamos por el traductor de Google. Recuerdo lo frustrada que me sentí al no poder comunicarme con ella sin la tecnología. Llegué a mi casa esa tarde y mientras cocinaba la cena pensaba en la barrera del idioma. ¿Cómo lograr tender ese puente? ¿Lo yo que había hecho durante 20 años como gestora cultural iba a ayudarme a comunicarme con Suong? ¿A ayudarla a comunicarse con los demás?.
Traducción: ¿estaba yo lista para esto? ¿Acaso mis competencias eran insuficientes? Yo, fan de la diversidad cultural ¿estaba atrapada contra las cuerdas?. Mi proceso de inseguridad y autoestima profesional, se los contaré en la siguiente columna… Si yo ya tenía una carrera hecha, ¿cómo es que estaba en esta situación de empezar de nuevo?.
Mi metamorfosis no solo me llevó a replantearme si mi pasión y buena voluntad por la diversidad cultural y la comunicación serían suficiente para enfrentar mi nuevo reto. No solo se trataba de enseñarles el idioma, muchos de estos jóvenes habían llegado Estados Unidos por mejorar su calidad de vida, pero se rehusaban a seguir las reglas del sistema. Digamos que también la hice de coach emocional. Al final del año escolar, Suong no solo aprendió inglés y se adaptó a las reglas, sino que hizo una gran amiga, Melanie, una chica mexicana y como Suong no sabía español y Melanie no sabía vietnamita, en un inglés muy ajustado y con los acentos de cada una, lograron comprenderse y apoyarse mutuamente. Hay muchas cosas que recordaré de la pandemia, el haber encontrado mi primer trabajo en Estados Unidos y que haya sido en este centro, se lleva la medalla de plata.
Les cuento de mi cambio de piel por si alguien aquí resuena conmigo en estos momentos y siente que está atravesando por cambios. Despojarme de todo lo que yo había hecho durante tanto tiempo y enfrentarme a aprender desde cero un nuevo sistema me hizo volver a ser humilde, desempolvar mis herramientas de aprendizaje y resignificar mi vocación por el desarrollo cultural. Creo que jamás quisiera dejar de ser gestora cultural, pero en mi horizonte puedo ver que en los próximos años habrá un giro en mi área de servicio a los demás y es importante responder a ese llamado y evolucionar.
Regreso a esta temporada a Proyecto Puente lista para compartir con ustedes historias, ideas y lo que voy descubriendo en esta última actualización de mi sistema, desde la cultura, la educación, la vida diaria, lo sencillo de los días, platicándoles de todo y no solo desde lo que hacía (que era lo que yo creía que me definía como persona) sino de lo que ahora busco sin etiquetarme ni exigirme más allá de lo que soy aquí y ahora. Tengo una nueva realidad y busco reconectarme a través de este espacio con personas que estén vibrando la misma energía: aquella que dice que el camino ha de sentirse como la meta.
Erika Tamaura es Maestra en Gestión Cultural por la Universidad de Barcelona. Profesora universitaria en ITSON y UAS. Asistente educativa en el programa “New Arrival Center” de CFISD, Hoston, Texas, para jóvenes migrantes.