De acuerdo al observatorio de palabras de la Real Academia Española de la lengua, la RAE, influencer es un anglicismo usado en referencia a una persona con capacidad para influir sobre otras, principalmente a través de las redes sociales. Como alternativa en español, sugiere el uso de influyente: Cómo ser un influyente en redes sociales, o influidor e influenciador.
Pero más que el significado que pueda atribuirse a la palabra, las y los influencers son persona que comenzaron a destacar en los últimos años a través de las redes sociales y otros canales de comunicación, y que a través de sus opiniones, sus publicaciones y videos venden sus ideas y productos a sus múltiples seguidores, y por tanto, ejercen una gran influencia sobre muchas personas que las conocen.
A pesar de que la aparición y fama de estos personajes públicos es reciente, ya existen estudios especializados que buscan medir su impacto de mercado, pero también se comienza a analizar desde los estudios sociológicos y antropológicos, el impacto en la formación ideológica y de los comportamientos de sus seguidores, en un gran porcentaje, adolescentes y jóvenes.
“En comparación con audiencias más grandes de edad, es doblemente probable que los participantes de entre 13 y 24 años evalúen a un influencer por su presencia social y su cantidad de seguidores”
Esta estadística brindada por Google, enfatiza las diferencias generacionales. La televisión tiene un impacto mucho más pequeño sobre las nuevas generaciones del que tuvo o tiene sobre las generaciones precedentes. Es por eso que las personas más jóvenes tienen mucho menos interés en los personajes tradicionales. La generación actual creció con internet y es internet el lugar donde encuentran a sus propias celebridades.
En este sentido, se habla de influencers como una imagen de referencia en la actualidad. Para el marketing se han convertido en fuentes de mercado, pero además su estilo de conectar con el público, desde lo cotidiano, les convierte en una imagen de referencia, de inspiración y motivación.
Una situación actual, controversial y de un profundo análisis, es la que atraviesa una víctima de violación y pornografía infantil que fue expuesta en un canal de videos publicados por YouTube.
Ainara Suarez, tenía 16 años, cuando en mayo de 2018 fue violada en una fiesta por cuatro jóvenes con una botella de champán, que grabaron y difundieron el video entre sus conocidos. El caso escaló niveles masivos meses después, cuando la youtuber Yoselin Hoffman, conocida como YosStop realizó un video hablando de la agresión de Ainara, la insultó y revictimizó ante sus más de 10 millones de seguidores en un video titulado “Patética Generación”.
“Esta niña todo el tiempo subía fotos encuerada y se las mandaba a güeyes, a sus amigos, y se hizo muy famosa en toda esa bolita porque en una peda se dejó meter una botella de Möet, o sea de champaña, por la vagina y hay un video que por supuesto no voy a poner aquí porque pornografía en youtube, pero en este video se ve que le están metiendo una botella por ahí mientras los güeyes se están cagando de risa y se supone que lo hizo a cambio de tres cajetillas de cigarro, entonces esta vieja se hizo muy popular por ser así de puta”. Describió en el.
El pasado 29 de junio de 2021, la conductora e influencer Yoselin Hoffman fue detenida en México bajo los cargos de pornografía infantil, en referencia a los hechos descritos tres años atrás.
La acusación realizada mediante denuncia por parte de la víctima, se sustenta en el Artículo 201 Bis del Código Penal Federal, en el cual se incluye como parte del delito de pornografía infantil “… a quien con fines de lucro o sin él, elabore, produzca, reproduzca, ofrezca, venda, arriende, exponga, publicite, haga accesible, distribuya o trasmita a través de un sistema de cómputo o cualquier otro mecanismo de archivo de datos, el material a que se refiere el presente artículo”. En este mismo sentido, es importante recalcar que los comentarios, calificaciones y divulgación de contenidos, de manera verbal o visual pueden afectar la integridad y vida de una persona.
La víctima, hoy mayor de edad y asesorada jurídicamente, argumenta que dicho video comenzó a viralizarse a partir de ser expuesto por la acusada, y es a partir de ese momento cuando comienza a sufrir ataques.
La grabación de poco más de 16 minutos bastó para que su nombre apareciera junto a la palabra “botella” en los buscadores de Internet. Los insultos también alcanzaron a su círculo más cercano. “Me llegaron amenazas a mí, a mis hermanos, a mis papás, a mis perros. Estuvo difícil, recibí muchísimas amenazas, una cosa horrible la verdad”, relató a un periódico nacional.
Tras casi tres años de ataques, la joven decidió hablar en sus redes sociales sobre cómo le había afectado el video de “Patética Generación”.
Un hecho que no debemos desdeñar, es el fácil acceso que tienen las nuevas generaciones a los contenidos de las plataformas digitales, y así mismo, la facilidad de ser las y los protagonistas de dichos contenidos.
Es importante buscar mecanismos que permitan regular y profesionalizar estos canales de comunicación y sus discursos que navegan a velocidades desproporcionadas, que inciden en los criterios y permean en la cultura y las dinámicas sociales. La naturalización de la violencia y de los estereotipos de género, deben erradicarse de cualquier canal de comunicación, máxime cuando el público objetivo son las nuevas generaciones.