
Por Karla Acosta
Claudia Chavarín es terapeuta familiar, psicóloga, rescatista y amante de los animales, por ello desde hace tres años relaciona la ciencia de la psicología con el tema de las mascotas y los rescates en la familia.
La joven terapeuta se ha llevado consigo la herencia familiar de amar y rescatar a los animales, ya que en Nacozari -su ciudad natal-, sus tíos, primos y otras personas allegadas a ella se han dedicado al cuidado de las mascotas.
“Cuando me vine a vivir a Hermosillo hace 9 años inició todo esto de ser rescatista. Hace tres años vi una perrita que estaba fuera de mi trabajo, no la pude dejar ahí en la calle. A pesar de haberla visto temprano, regresé por ella después de cinco horas de haberla visto porque no pude estar tranquila en toda la tarde y fui a buscarla en la noche y ahí seguía. La atrapé y la llevé al veterinario y gracias a Nila -la perrita rescatada-, aprendí a dar en adopción responsable y ser más constante en los rescates”, recordó Claudia.
A partir del encuentro con Nila hace tres años, ella y su esposo no pudieron parar de rescatar animales; cuenta la psicóloga que tan solo en lo que va de este año han entregado a 24 perritos en hogares responsables donde llenan de amor los corazones de los peluditos y, a la vez, ellos llenan de alegría sus nuevos hogares.
Abandono de animales durante pandemia en Hermosillo
Desde el punto de vista psicológico, la pandemia impactó no solo a humanos sino a todos los seres vivos. En el caso de las personas incrementaron los síntomas de ansiedad, depresión, estrés, angustias, alteraciones de sueño y apetito, entre otras más que aumentaron el uso de medicamento controlado y no prescrito para controlar estas emociones que derivaron en abandono, liberación y adopción de mascotas.
Según Claudia Chavarín, el abandono animal en el último año ha sido causa del instinto de supervivencia humana sin medir las consecuencias para estos peludos que también son miembros de la familia: las personas abandonaron a su mascota al cambiarse de domicilio y no poder trasladarla o por psicosis al leer noticias falsas donde se alertaba que los animales eran portadores del virus. Incluso hay quienes liberaron a sus animales “por empatía” ya que ahora los humanos “comprendían” el significado de estar encerrado y optaron por dejar en libertad a los que siempre han vivido en casa y no saben sobrevivir o conseguir alimento en las calles.
Sin embargo, la empatía también tiene un lado positivo durante el confinamiento, ya que quienes vivían solos adoptaron/rescataron animales ya sea por compañía o protección para sobrellevar la carga emocional mencionada anteriormente.
