Las de este momento son las elecciones más grandes y competidas en el mundo por el número de cargos en disputa y por el número de mexicanos inscritos en el padrón electoral, pero también son las más violentas, de menores propuestas y las más ridículas por el uso de redes sociales como Tik tok, donde no hay tiempo para ofrecer cómo salir de los problemas, pero sí para bailar o hacerse los graciosos. Además estamos ante una de las vedas electorales más violadas en la historia electoral, empezando desde Palacio Nacional.
Vamos por partes. Al menos 150 aspirantes a algún puesto de elección popular fueron “bajados” tras ser levantados y luego absueltos con el mensaje de renunciar a la candidatura o simplemente tras recibir llamadas de presión para hacerlo.
El caso más reciente es el de la candidata del Partido del Trabajo (PT) para el municipio de Cuichapa, en Veracruz, Erika Cortés, quien a través de un video anunció su retiro de la contienda electoral luego de recibir amenazas de muerte.
Comentó que sus opositores quisieron silenciar su proyecto al ser encabezado por una mujer y al ver incrementado el apoyo en tan poco tiempo. Nada ni nadie la convenció en regresar.
Según Etellekt van 87 asesinatos de candidatos y candidatas en este proceso electoral.
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Aunado al panorama negro por la participación del crimen -es la primera vez que vemos a más de 60 candidatos escoltados por guardaspaldas de seguridad de los gobiernos en diferentes puntos del país- estamos en un momento en que los expertos de Internet y contenidos han conceptualizado un nuevo analfabetismo entre los usuarios de las plataformas.
Nicholas Carr, uno de los autores más críticos sobre el efecto de Internet en nuestra mente, planteó en una entrevista reciente en el diario español El País, que cuando nos conectamos “intercambiamos profundidad por amplitud, contemplación por estimulación”, creando desbalances y sesgos en la información que procesamos, con repercusiones.
Mucha información, poca comprensión: estamos ante un nuevo tipo de analfabetismo, concluye. La forma en que navegamos por las redes fomenta un pensamiento superficial y de eso se han aprovechado bien los candidatos y sus equipos de comunicación.
Uppercut: Se quisieron ver transparentes en la Cancillería, pero se vieron más opacos al remarcar con tinta negra información clave para que en los documentos mostrados sobre adquisición de vacunas en el mundo no se pudiera conocer el precio por unidad, el total de dosis adquiridas y la fecha comprometida para las entregas. Quedaron mucho más dudas que respuestas.