Hermosillo, Sonora.- A sus 9 años de edad, Miriam Guadalupe Fraijo Grijalva tiene claro la discriminación que ha sufrido por compañeros de su escuela al ser autista, pero también que en un futuro quizá estudie carreras relacionadas con la animación y la informática.
La pequeña hermosillense cuenta con un promedio de 9.8, asiste a una escuela regular y ha sabido ganarse su lugar en el salón de clases gracias a su esfuerzo por mantener altas calificaciones, tanto, que recibió un reconocimiento de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) por fomentar estos derechos en niñas y niños.
“Yo hace dos años atrás, no me acuerdo qué día, presentamos un proyecto de los derechos humanos de los niños y las niñas. Me dieron el segundo lugar. Soy representante de los niños con discapacidad (por la Comisión Estatal de Derechos Humanos). Este reconocimiento me hizo sentir honor… Tengo derecho a tener una familia, a la escuela, a la salud, aunque algunos niños no me creían, pero lo que me interesó son los que me creyeron”, detalló la niña.
Miriam Guadalupe ama el idioma japonés, viajar, ver Dragon Ball, los Caballeros del Zodiaco y Naruto, así como jugar beisbol con su equipo “Guerreros de Hermosillo”. Sus materias favoritas son matemáticas y español que cursa en el plantel “Profesor Enrique García Sánchez”, de Hermosillo, Sonora.
“Juego beisbol. Mi entrenador se llama Jesús Aldana. (En el entrenamiento) tenemos como una terapia, ahí aprendo a socializar, a convivir y a seguir reglas. Mi equipo y yo entrenamos en un campo grande ubicado en las calles Luis Orci y Lázaro Mercado, detalló la pequeña de 9 años.
Este viernes 30 de abril, en el marco del Día del Niño, Miriam Guadalupe Fraijo Grijalva animó a todas y todos los niños que padecen autismo, a luchar por sus sueños y derribar cualquier tipo de discriminación que pudieran sufrir debido a su condición.
“Les diría que todos los niños tenemos derechos, con y sin autismo, todos somos iguales, tenemos los mismos derechos y obligaciones también y todo se puede lograr a través de esfuerzo, dedicación y paciencia”, finalizó la pequeña Miriam.