Por Germán Carbajal
Cada 21 de abril se celebra el día del educador y educadora de preescolar, es el día del nacimiento de Friedrich Fröbel, padre de la pedagogía. Este año será el primero que celebrarán las nuevas docentes; no obstante, lo harán de una manera distinta a la que imaginaron cuando se decidieron por esta profesión.
Para Airam fue un poco extraño tener su primera clase de forma virtual, un momento que esperó durante mucho tiempo en su transcurso escolar; sin embargo, la joven de 23 años comenta que el reto de comenzar su trayectoria laboral con las clases en línea ha sido interesante.
“No ha sido fácil porque tenemos que planificar las clases, tomar en cuenta las características de las familias, qué es lo que vamos a mandar, qué es lo que vamos a ver y de qué manera, las estrategias para los niños que no mandan sus actividades, buscar diferentes formas de evaluar. Ha sido mil veces más difícil que de manera presencial”, narró.
Otros de los tantos desafíos fue adecuarse al ambiente familiar de cada niño, sobre todo para aquellos de segundo grado, quienes experimentan su primer acercamiento con la escuela y no aprenden a diferenciar sobre estar en su casa y otorgar un tiempo para cursar el preescolar.
Luego de terminar sus estudios en la Benemérita y Centenaria Escuela Normal del Estado de Sonora, Airam tuvo que continuar preparándose con los múltiples cursos y charlas para iniciar con la nueva normalidad; no fue difícil para ella, ya que platicó que “en el trabajo docente nunca se deja de aprender”. En septiembre se le asignó su grupo en el jardín de niños Margarita Uruchurtu, ubicado en la colonia Las Minitas, de Hermosillo: el primer contacto con sus primeros alumnos fue y ha sido a través de las nuevas tecnologías.
“Yo estaba muy nerviosa, pero tuve muy buen recibimiento tanto de los niños como de los padres de familia. Fue difícil porque el contexto no da para que se realicen tan seguido las clases o que se conecten todos los alumnos por los tiempos y trabajos de los papás”, señaló.
La educadora vio en el panorama una oportunidad para emprender, ya que algunos adultos le solicitaban asesorías para sus hijos, por ello, decidió, junto con su amiga Valeria, inaugurar su propia escuelita, donde atienden grupos pequeños de alumnos de manera presencial siguiendo todas las medidas sanitarias.
Son un total de tres maestras las que laboran y cada quien tiene alrededor de ocho alumnos, aunque solamente reciben a dos por horario para evitar las conglomeraciones; además, es obligatorio el uso del cubrebocas y gel antibacterial.
“Muchos niños comentan que ya extrañaban ir a la escuela, y los niños de segundo sorprendidos preguntando qué era el pizarrón, para qué se usaban los colores, ha sido muy bonita la experiencia y hemos tenido muy buena respuesta”, expuso.
A pesar de la dificultad y, por algunos momentos, suspenso, las educadoras como Airam han sacado adelante lo que va del ciclo escolar con las clases en línea, al organizar tiempos, espacios, actividades y parte de su vida para poder lograrlo.