Nuestra naturaleza dicta que somos seres cambiantes. Estamos a tiempo de revisar nuestras prácticas ya sea como papás, mamás, abuelos y abuelas o guardianes de niños para adoptar modelos de crianza más empáticos.
“Cazar, recolectar, educar: lo que las culturas antiguas pueden enseñarnos sobre la crianza de los hijos” es el título del libro de Michaeleen Doucleff, periodista de NPR. Michaeleen cuestiona los modelos de crianza que se han adoptado en el mundo occidental, donde las vidas de los papás y mamás se centran enteramente alrededor de sus hijos. En su libro, comparte investigaciones que realizó estudiando padres e hijos en la cultura maya en Yucatán, los inuit en el Círculo Polar Ártico y los hadzabe en Tanzania.
En esta investigación, algunas de las ideas que comparte es que el inculcar empatía, confianza, trabajo en equipo, no es tan tedioso como en las culturas y prácticas más modernas. Sugiere incluir a los hijos en las rutinas, ser uno más del equipo que llamamos familia, reconocer el rol que tienen los adultos cercanos que conviven con los hijos como parte de la comunidad que también los educa tal como sucede en las tribus. Michaeleen, también propone dejar de halagar tanto a los hijos, aplaudirles por cada acción que hacen desde un dibujo, hasta un baile y más bien sonreírles y mostrarles afecto.
Sin duda, Michaeleen plantea puntos muy atinados que valdría la pena considerar. Soy partidaria de los puntos medios, en mi experiencia si considero necesario e importante que los niños tengan actividades diseñadas especialmente para ellos. Lo que sí está claro es que estamos en un momento en la historia de la humanidad donde podemos aprender de las mejores prácticas tanto de culturas milenarias como de las sociedades modernas para construir modelos más sanos para todos.
Ana Marcela Gandara
Psicóloga con experiencia internacional en convivencia, comunicación familiar, bullying, prevención de acoso y abuso en redes sociales.
IG:@anamargandarapsic