Hermosillo, Sonora.- La calle Oaxaca, en el centro de Hermosillo, cambió de nombre. Ahora es “Ana Paola Jaramillo, 13 años”, en la colonia “Feminicidio”, código postal “Nogales, Sonora, abril de 2020”.
Más de 30 mujeres de diversos colectivos feministas se reunieron en el Museo y Biblioteca de la Universidad de Sonora, en la capital sonorense, para salir a las calles a pegar calcomanías color violeta sobre nomenclaturas y señalamientos.
Cada pieza lleva el nombre de una de 24 víctimas recientes de feminicidio en Sonora, desde niñas hasta mujeres de la tercera edad.
Andrea Sánchez, integrante de la colectiva Marea Verde Sonora, dijo que esta actividad se realizó con el objetivo de nombrar a todas las víctimas para rendirles un homenaje respetuoso y, a la vez, hacer visible la violencia feminicida en el estado.
Además, sostuvo que las autoridades sonorenses, principalmente la gobernadora Claudia Pavlovich y la alcaldesa de Hermosillo Célida López, deben posicionarse ante la violencia feminicida: para las mujeres sonorenses, no son creíbles los números que recientemente publicó la Fiscalía General de Justicia del Estado de Sonora (FGJE) que aseguran que el feminicidio disminuyó en un 21.95% entre 2019 y 2020.
“A nosotras nos cuesta mucho trabajo creer estas cifras y estos datos que nos da el gobierno porque nosotras somos las que estamos monitoreando los medios, viendo todos estos casos de desapariciones de niñas, adolescentes y de mujeres y que después aparecen asesinadas, encuentran sus cuerpos”, dijo Sánchez.
Y agregó: “Nosotras creemos que hace falta que la Fiscalía y el Gobierno del Estado dejen de buscar este reconocimiento por el trabajo que están haciendo y que tomen una verdadera postura; queremos escuchar a nuestra gobernadora, a nuestra alcaldesa, posicionarse ante la violencia feminicida, ante la violencia sexual que viven niñas y mujeres en nuestro estado, que nos den ya por favor la Alerta de Violencia de Género que se está pidiendo desde hace años para Hermosillo, Cajeme y Nogales, para los municipios donde más hay casos de violencia y desapariciones de niñas y mujeres”.
Sofía Domínguez, abogada de la asociación civil Jurídicas Feministas, acudió a la movilización. Para ella, estas calcomanías representan un acto simbólico para la memoria: nombrar es no olvidar.
“Es dignificarlas, recordarlas y darles un significado para que no vuelva a suceder” dijo la también activista, “nombrarlas para que tengan justicia, porque ellas ya no pueden pedirla por sí mismas, pero nosotras las nombramos y las tenemos presentes siempre”.