El gabinete de seguridad nacional del presidente electo de Estados Unidos Joe Biden podría estar desierto el primer día de su presidencia, pero una serie de audiencias de confirmación en el Senado en la víspera de su juramentación indica que esa situación podría no prolongarse durante mucho tiempo.
Si bien parece difícil que los titulares del Departamento de Estado, el Pentágono, Seguridad Nacional y los servicios de inteligencia sean confirmados antes de que Biden preste juramento el miércoles al mediodía, esto podría suceder en los próximos días.
El día que asume el nuevo presidente, lo habitual es que el Senado confirme algunos postulados, en particular el secretario de Defensa, pero persiste rencor porque los demócratas provocaron algunas demoras al asumir Donald Trump hace cuatro años, salvo la confirmación de James Mattis en el Pentágono. A eso se suman el juicio político de Trump y la extraordinaria presencia militar en Washington ante el temor a la violencia de la extrema derecha.
La confirmación de su equipo de seguridad nacional es de alta prioridad para Biden, no sólo porque espera anular o modificar rápidamente medidas del gobierno de Trump sino porque algunos problemas diplomáticos, militares y de inteligencia en diversos lugares del mundo podrían crearle dificultades en el inicio de su mandato.
El nombramiento más polémico podría ser el de Lloyd Austin, un general del ejército recientemente retirado, para dirigir el Pentágono. Austin no sólo necesita la confirmación del Senado sino también una exención de ambas cámaras porque su retiro data de hace apenas cuatro años, cuando la ley requiere un período de espera de siete. Sería el primer secretario de Defensa negro.
Otros a conformar son Alejandro Mayorkas en Seguridad Nacional; Antony Blinken en el Departamento de Estado; Avril Haines en inteligencia nacional —quien sería la primera mujer que dirija esa agencia— y Janet Yellen en el Tesoro.
Austin declara en las próximas horas ante la comisión de las Fuerzas Armadas del Senado, pero el panel no podrá votar antes de que reciba la exención. Previsiblemente tendrá el apoyo de los republicanos, además de los demócratas.
El futuro gabinete de Biden indica el regreso a un enfoque tradicional de la gobernanza, basado en personalidades de larga trayectoria y conocimientos, además de fuertes relaciones en Washington y las capitales globales.