El tequila es el destilado más famoso de México, se elabora con agave azul y cuenta con denominación de origen protegida; es decir, que no todos los destilados de agave pueden recibir el nombre de tequila si no se produjeron en regiones específicas de nuestro país.
Se suele beber derecho y también se utiliza en la preparación de incontables cocteles, clásicos y modernos por igual, como la margarita, paloma o tequila sunrise.
Aunque hace unos años se creó la lujosa copa tequilera de cristal, la forma más utilizada para beber shots de tequila es en “caballito”, un pequeño vaso de vidrio que surgió en la década de los 70.
El nombre del “caballito” tequilero se remonta al siglo XIX; según la Academia Mexicana de Tequila se le llama así por los hacendados que visitaban los campos de agave montados a caballo. Estos personajes llevaban consigo -además de su almuerzo- un par de guajes con agua y tequila; sin embargo, el tequila no lo bebían directo del guaje, sino que lo servían en un cuerno de toro limpio y pulido que colgaba de su cuello con un mecate.
Cabe mencionar que el tequila lo bebían en un solo trago y montados a caballo, por lo que se le fue quedando el nombre de “caballito”. Más tarde, cuando se creó el vaso de vidrio tequilero, se le puso el nombre de “caballito” haciendo alusión a la época de las grandes haciendas.
El “caballito” suele estar hecho de vidrio y su forma es algo cónica, con una boca más ancha que su base. Aunque su tamaño promedio es de 30 mililitros (ml), hay “caballitos” más grandes que pueden albergar hasta 60 ml de líquido.
Información tomada de www.informador.com.mx