Salvo las catástrofes de la vida moderna en la ciudad de México a consecuencia de los terremotos de 1985 y 2017, las últimas horas en la de por sí caótica capital del país, este 11 de Enero también deberá registrarse en los anales de la historia.
1.- Enfrentamos el colapso del servicio del transporte tras el incendio del sábado en el Metro, que dejó sin servicio 6 de 12 Líneas.
Este lunes, la espera en filas de hasta medio kilometro de tres millones de personas mañana, tarde y noche fue de hasta dos horas para abordar autobuses que sustituyeron los trenes y se perdió la sana distancia durante la pelea por un lugar y el traslado justo cuando vivimos el mayor repunte de la pandemia.
2.- Aunque oficialmente se dice que llegamos a 90 por ciento de la saturación de la red hospitalaria, paramédicos de ambulancias aseguran que no hay cupo y trasladan a chilangos contagiados de covid-19 y en estado crítico, a otros estados para ser atendidos o los regresan a casa para vivir la enfermedad a la buena de Dios.
3.- La economía se desploma y los restauranteros se rebelaron al gobierno capitalino al abrir sus negocios a pesar de la disposición oficial de no vender comida en los restaurantes —solo para llevar—.
Es real que están tronando: la tradicional cafetería La Pagoda inaugurada en 1920 no aguantó más y ayer anunció que cerró sus puertas de manera indefinida.
La situación hace caer en contradicciones a la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum. En un tuit, primero escribió lo siguiente: “Estamos en el pico de hospitalizaciones más alto desde que inició la pandemia y sigue aumentando.
“No se trata de dramatizar, sino de actuar: seguimos aumentando la capacidad hospitalaria y hacemos un llamado de alerta a la ciudadanía para cumplir las medidas del semáforo rojo”.
Más tarde en conferencia, cuando una reportera le preguntó si lo peor estaba por venir, pidió dramatizar menos la noticia.
Retomo la primera idea de la funcionaria, no es drama ni amarillismo, esta es una crónica del 11 de enero del 2021.
El problema y las disyuntivas son tan grandes en el centro de la República en la era covid-19, que mientras el gobierno local pone contra las cuerdas a los restauranteros, la vida en Tepito parece la de otro país donde no ha llegado el coronavirus: el comercio informal y los bares están atestados y no hay autoridad que pueda controlarlos.
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UPPERCUT: Los Siervos de la Nación, recién sancionados por el Tribunal Electoral por promover la imagen de López Obrador, ahora despliegan su fuerza y presencia en todos los estados del país para distribuir la vacuna contra el covid-19. Los criterios políticos suplantaros los criterios científicos y médicos en pleno proceso electoral con coordinadores que manejan programas sociales.