Este es el año de los indómitos. De las mujeres y de los hombres que no se dejan domesticar por las situaciones difíciles, son los indomables como tú, los que sacan el coraje y el valor para seguir luchando por sus sueños. Un virus te puede matar, pero no puede matar el legado que estás dejando.
¿Sabes?
Una vacuna te podrá dar más minutos de vida, pero no te va a dar una razón para vivir. Un cubre bocas no va a frenar tu violencia verbal y aunque te desinfectes las manos, tu alma no se lava con jabón si no con arrepentimiento y perdón. Puedes guardar la sana distancia, pero en tu casa el amor se enferma con la distancia.
Porque el corazón alegre es buena medicina más el espíritu triste resaca los huesos. Son muchos los enfermos, pero muchos más los sanos. Son muchos los que necesitan ayuda, pero muchos más los que pueden ayudar.
Yo soy un hombre con causa. Yo no puedo quedarme en casa.
En tiempos de tormenta es cuando más los aguiluchos necesitan su águila.
Esto va para los indómitos, los que son indomables como el viento y como las aguas de los mares, indomables como una osa que defiende a sus cachorros, indomables como una hormiga trabajando día y noche para llevar ayuda a su colonia.
El cielo sufre violencia y solo los violentos lo arrebatan.
Mateo 11:12
Yo soy Tato Balderrama y está vitamina espiritual es para ti.