La creación de la Ley de Transparencia que dio paso al IFAI (hoy INAI) guarda una leyenda urbana que cuenta la historia de que, con ciertos artilugios, el finado Aguilar Zinser, consejero de Vicente Fox, –no necesitó muchos— convenció al entonces primer Presidente del país de extracción panista de dar su total respaldo al Grupo Oaxaca con el objetivo de empujar un amplio consenso legislativo que le terminaría dando vida, en 2001, al primer órgano garante de la transparencia y el acceso a la información nacional.
Pocas leyes en la historia del Congreso han logrado amplia mayoría, en donde se juntan los intereses gubernamentales con los de la oposición. O dicho al revés: en pocas leyes se vota en contra y menos aún son las que suelen exhibir y condenar a los votantes que no dan su aval como sucedió en lo que hasta la fecha se considera uno de los principales logros de los 12 años de gobiernos panistas.
Entre algunos de los que votaron a favor y hoy son Morena, destacan Félix Salgado Macedonio, Martí Batres, Luis Miguel Barbosa y Emilio Ulloa. “El poder del Estado es la secrecía, el poder del ciudadano es el acceso a la información. Los periodistas tienen la tarea de empoderar a los ciudadanos a través de la información”, afirmó el periodista Jenaro Villamil al festejar la creación del IFAI y quien junto con un grupo de académicos, juristas e intelectuales trabajó en la primera ley de la materia.
Dos sexenios después y conforme mejoraba la ley de Acceso a la Información, cayó el PAN. Al regresar el PRI a Los Pinos, la izquierda mexicana, entre los que había destacados militantes del PRD —buena parte hoy en Morena— dieron varias batallas en el Congreso con el discurso de que al despertar el dinosaurio tricolor y ver el entonces IFAI fortalecido, Peña Nieto se estaba dando a la tarea de dinamitarlo.
En el nuevo sexenio, López Obrador empezó 2021 con un objetivo claro y lo dijo ayer: desaparecer al INAI y concentrar sus funciones en la Secretaría de la Función Pública, la cual, en vez de castigar a los malos funcionarios del actual gobierno, sorprendidos en actos de corrupción, son exonerados para reaparecer desvergonzadamente a involucrarse nuevamente en la vida pública nacional sin consecuencias a sus deshonrosos actos.
Los que como opositores estuvieron dispuestos a morirse en la raya y hoy desempeñan función pública como integrantes de la 4T callan como momias ante la gravedad del caso que confirma el objetivo de Palacio Nacional: volver al presidencialismo de los setenta.
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Uppercut: Cada vez se expone públicamente más la muerte política de aquel joven soñador Antonio Attolini que lideró el #Yosoy132. En su pasado inmediato salió otro twitter del opositor que fue de López Obrador: “Andrés se equivoca tremendamente al pensar que los derechos se votan”. Hoy sus mensajes son al revés y tiene que echar maromas para explicar sus contradicciones. Es triste darse cuenta con Constitución en mano que a aquél jovencito era al que le asistía la razón jurídica.