Hablar de bondad en un mundo donde pareciera que nos estamos acostumbrando a la violencia, criminalidad, guerras, maldad y hoy además de virus y muerte; sin poder llegar a decir que la muerte sea algo malo, como dice un cuentito por ahí: “bueno o malo, quien sabe”.
Es necesario mencionar como Jean-Jacques Rousseau (1712) por la época de la Ilustración, pensaba que el hombre era bueno por naturaleza y que era la sociedad quien lo corrompía.
Rousseau hablaba de la bondad como un estado natural del hombre, pero cuando habla del hombre contemporáneo consideraba que había perdido la bondad original y se refería al hombre como un ser ser vil, egoísta, depravado, lleno de odio, como un degenerado que no se podía mostrar y ocultaba con una mascara su vileza, su egoísmo y sus bajas pasiones.
Si observamos hoy, probablemente tendría mucha razón con sus comentarios, los tiempos que transitábamos como humanidad sin duda él vislumbraba ya algo de nuestra época.
época donde cada vez mas nuestra alma clama por la urgente necesidad de conectar con la bondad, que pensadores desde hace varios siglos la asocian con sencillez y honradez.
Ferrucci por ejemplo señala que la bondad crea una sensación de calor y receptividad que nos permite comunicarnos fácilmente con otras personas, nos permite descubrir que todos los seres humanos son como nosotros, como bien decía mi Maestro VSA José Marcelli Noli “todos somos hijos de Dios o no es ninguno”.
El reconocer esto por supuesto nos genera un espíritu de amistad en el que hay menos necesidad de ocultar lo que sentimos o lo que hacemos, en consecuencia desaparecen sentimientos de temor, inseguridad y falta de confianza en nosotros mismos y al desaparecer lo que nos limita, permitimos que aparezca lo que nos impulsa, nos da seguridad, nos mueve por la vida y se aprende a confiar más fácilmente en los demás.
Además de que el cultivar estados de ánimo como la bondad y la compasión favorecen nuestra salud emocional y la felicidad, acercándonos a hacer mejor y SER mejores. Ya que también la bondad esta asociada al corazón
A tres semanas de concluir el año 2020, que ha sido sin duda una gran lección para la humanidad, es un buen momento para contactar con nuestra bondad, con la parte buena nuestra, con la tendencia natural de la que habla Rousseau de hacer el bien.
Empecemos por el reconocimiento de nosotros mismos, tomando conciencia de nuestro propósito en la vida, tratando de hacer algo positivo, porque no creo que hayamos venido a hacer daño a los demás, si así fuera, también nos estaríamos haciendo daño a nosotros mismos, ya que somos parte de un gran todo.
Me recuerda la fábula del hombre, la abeja y la oveja, donde la abeja le pregunta al hombre que si había algún animal más bienhechor que ella porque le daba la miel y el hombre le contesta que si, la oveja, porque la oveja le daba la lana de buena gana, sin crearle problemas y que ella le daba la miel, pero que siempre estaba dispuesta a clavarle el aguijón.
Moraleja: ¿Así nos vemos entre nosotros?