Katia D’Artigues/Yo También
Todo comenzó y siguió mal. El “Parlamento Abierto” prometido desde el jueves pasado por la presidenta de la Comisión de Salud de la Cámara de diputados, Miroslava García, resultó ser, como mínimo, un evento mal organizado donde un gran número de especialistas de la comunidad de personas con discapacidad y la sociedad civil no pudieron entrar porque “su micrófono” no se abría, contrario a todos los representantes de la Secretaría de Salud.
Comencemos por lo previo: aunque el Parlamento fue anunciado el 5 de noviembre fue hasta el domingo 8 cuando se abrió un portal donde debían de registrarse todos aquellos que querían ser ponentes en cuatro mesas. Ese mismo día tenían que mandar una ponencia para cinco minutos y sus datos personales con una identificación oficial.
Otro punto: la plataforma no era accesible a lectores de pantalla. Fue anunciado en varias horas: en la página a las 14:20; en Twitter, a las 15 horas. Y sólo se difundió el mismo día.