Es curioso: Morena gobierna la Ciudad de México sin una cara visible y fuerte del partido, con graves diferencias entre las corrientes internas y fuerte disputa por espacios de poder de cara a la elección de 16 alcaldías y 33 diputaciones locales de mayoría. El proceso electoral local va a ser un nuevo laboratorio para la vida interna del instituto político.
Este partido, movimiento o federación de corrientes, no termina por generar su propia vida orgánica. Héctor García Nieto, dirigente local de Morena, intenta generar acuerdos y hace cruces sobre la conveniencia de quiénes deben de ir a la reelección en alcaldías y diputaciones locales.
La capital es el principal bastión de Morena y del lopezobradorismo en el país.
Pero García Nieto carece de liderazgo y presencia política. Su puesto, incluso al frente de la Central de Abasto, pasó de noche. De ahí lo sacaron y lo pusieron a organizar el proceso interno y de definición de candidatos locales, ya sea por afinidad, capacidad, garantía de triunfo o simple encuesta. La inercia partidista, sin embargo, le complica la misión a García Nieto.
Las decisiones desde las altas esferas de Morena, tienen contra la pared a varios alcaldes. Ya empezó a deslizarse quienes deben ir a la reelección y quienes concentrarse en el último año de su administración en una demarcación.
Por ejemplo: contra las cuerdas está el alcalde de Azcapotzalco Vidal Llerenas, leal al canciller Marcelo Ebrard, pues su nombre no aparece en la lista para la reelección; ahí quieren una mujer, ya que tampoco tiene afinidad con el grupo que gobierna.
La operación se complica mucho más porque de acuerdo con la ley electoral, los partidos deben nombrar mitad mujeres en las candidaturas. Dado que hay 12 alcaldes por cuatro alcaldesas en CDMX, hay más representantes de Morena que no pueden soñar con la reelección.
Las alcaldesas en funciones tampoco tienen todavía nada seguro. Dos de ellas, la de Tlalpan, Patricia Aceves, y de Magdalena Contreras, Patricia Ortiz, es gente muy cercana a Andrés López Beltrán, hijo del Presidente. Sin embargo, ni eso parece salvarlas porque el reporte interno es que no andan nada bien en las encuestas.
Es claro entonces que de las 13 alcaldías que controla Morena, no todos podrán ir a ese proceso. Uno que sí está en la lona, de acuerdo con fuentes confiables, es el alcalde de Tláhuac, Raymundo Martínez Vite, quien tiene serios problemas de inseguridad en su demarcación porque sigue asentado todo un cártel de la droga en su demarcación.
Los que sabemos que casi tienen boleto para reelegirse son Armando Quintero, de Iztacalco y Víctor Hugo Romo, en Miguel Hidalgo. Frente a éste último, sin embargo, se cocina una alianza amplia de oposición, que parece enpieza a darle un fuerte susto al protegido de Gabriel García, el jefe de los super delegados federales.
En medio de todo este ajetreo, quien parece ir en caballo de hacienda es el alcalde de Xochimilco, José Carlos Acosta. Se trata de un personaje que pocos han volteado a ver, pero tiene las simpatías de la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, y los tomadores de decisión de la administración central. Eso incluye a Rosa Icela Rodríguez, quien sin duda será la dama de hierro que pivoté en la Ciudad de México la estrategia política y de seguridad.
Uno de los grandes logros de Acosta, a diferencia de Raymundo Vite, fue erradicar al grupo delictivo de Los Rodolfos, pues fungió como “poste” para la coordinación de Guardia Nacional, Seguridad Pública y Fiscalía capitalina.
Hay otros alcaldes que dependen de sus acuerdos políticos como Néstor Núñez de Cuauhtémoc, a quien no le alcanza tener como padrino al senador Ricardo Monreal para ser reelegible. Sucede que hay varios diputados locales que buscan ese cargo y tienen mejores credenciales ante los que tomarán decisiones en Morena.
Vamos a ver si los grupos son capaces de llegar a acuerdos por la buena o se van a romper la cara.
UPPERCUT: El Senado sumó a su lista nuevos cinco casos de legisladores que dieron positivo al COVID para llegar a un total de 20. En los ocho meses de pandemia en el país no se había vivido esta situación. Lo que pasa en la Cámara alta es reflejo de lo que pasa en todo el país, pero al presidente López Obrador no le alerta. El botón de emergencia que se encendió en el Senado es que se aprueban las sesiones virtuales.