Hermosillo, Sonora.- ¡Comienza el espectáculo! Cada año, llegan a Sonora cientos de aves migratorias provenientes de Estados Unidos y Canadá, para refugiarse de las bajas temperaturas de otoño e invierno.
Se estima que cada temporada arriban alrededor de 233 especies migratorias de larga distancia a Hermosillo y otros sitios sonorenses; se hospedan en árboles, lagunas y en la presa Abelardo L. Rodríguez, donde resulta común observar a pelícanos blancos americanos.
Carlos Tadeo Ruiz López, observador de aves y estudiante de Biología, dijo que se trata de un fenómeno natural que ocurre cada año en el hemisferio norte. A Sonora, las aves comenzaron a llegar desde el mes de septiembre.
“Este fenómeno siempre ha existido y es principalmente provocado por el cambio de estación, cuando ellas detectan que los días son más cortos o que comienza a escasear la comida, suelen migrar al sur.
Migran hacia climas desérticos y temperaturas calurosas donde no hay mucha variación, a comparación y a diferencia de los lugares de donde vienen ellas -las aves”, dijo Ruiz López.
Agregó, por ejemplo, que en el norte de Estados Unidos “las temperaturas bajan en cuanto llega el otoño, hay ausencia de alimentos para aves y lo que buscan es que haya una constante en sus alimentos, por eso migran a zonas donde la comida está siempre disponible”.
La diversidad de aves conocida de Sonora incluye 556 especies de 73 familias y 20 órdenes, con 227 especies residentes, 46 residentes de verano, 233 migratorias de larga distancia y 50 migratorias parciales, según el libro “Diversidad Biológica de Sonora” publicado por la Universidad Nacional Autónoma de México.
¿Por qué las aves migratorias son importantes? Ruiz López señaló que actúan como indicadores de la salud de un ecosistema, “un ecosistema sin aves puede indicar deforestación, mal manejo en el uso del suelo o depredación”, señaló.
También ayudan a medir la diversidad biológica, anuncian alteraciones en el clima y algunas comunidades dependen económicamente de ellas para su sustento, debido a la creciente industria del ecoturismo.
Cada vez que se observan, es importante no atraparlas, ahuyentarlas o lastimarlas pues solo vienen de paso a nuestra entidad buscando sobrevivir por unos meses. Terminado el invierno, se retiran a sus lugares de origen.
“El consejo es observarlas y dejarlas, tomarles una foto. Atraparlas obviamente no porque ellas vienen a pasar el invierno a esta zona, para alimentarse y sobrevivir, entonces que las atrapemos no va con eso.
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Además son importantes porque genera dinero a las comunidades que se dedican al ecoturismo, hay gente que va y paga por ver aves que no son comunes”.
Son también “indicadores, porque si hay aves significa que el ecosistema está en buena salud, que no hay deforestación o depredación por parte de un animal exótico”, agregó Carlos Tadeo.
En diversas zonas de Hermosillo, como lagunas naturales o artificiales, pueden observarse tordos pecho amarillo, pelicanos blancos americanos, además de una variable cantidad de patos, gansos y otras aves playeras.