México libre de “México Libre”

Sería conveniente preguntarnos y procurar respondernos con entera sinceridad, si las organizaciones delictivas mexicanas verdaderamente tienen necesidad de recurrir al poder político para ser exitosas en su empresa.
Si lo pensamos bien, los altos índices de violencia sugieren una obviedad; la violencia es el medio y herramienta favorita de los cárteles para la consecución de sus objetivos, cultiven o no relaciones con actores políticos.
Pareciera entonces que son los integrantes formales del mundo político quienes buscan relaciones con otros ámbitos de poder informal y que el tipo de representación que ofrecen es el del “monopolio de la violencia”. Por ejemplo, es lo que el gobierno anterior hizo cuando institucionalizó y armó a las autodefensas michoacanas.
No tenemos nada de qué asombrarnos si esta hipótesis fuese un hecho cierto, es consecuencia natural del ethos posmoderno culturalmente dominante, o dicho de otra forma; es muestra del imperio absoluto del pensamiento técnico-utilitarista.
Hay personas que desean dedicarse a la vida política por el poder, la solvencia financiera y protección jurídica que ésta puede procurarles, y que ignoran el sentido trascendental de esta actividad, que es la satisfacción del anhelo humano por vivir una “vida buena” en sociedad y completa libertad.
Todo esto viene al caso porque el viernes pasado el Instituto Nacional Electoral decidió negarle el registro a la agrupación política “Libertad y Responsabilidad Democrática, A.C.”, mejor conocida como “México Libre”, comandada por Margarita Zavala, pero dirigida en los hechos por una ambición muy vulgar y básica de poder que motiva a Felipe Calderón.
Lo digo con esas palabras porque no deja de ser decepcionante que, incluso para quienes seguimos con interés y nos informamos acerca de la vida política del país, nos tomó por sorpresa que les fuese negado el registro, pese a la podredumbre que lo rodea. Señal de que nos hemos acostumbrado a las expresiones humanas más abyectas y mezquinas.
¿Dónde se ha visto a un ex jefe de estado tan campante e incapaz de aceptar su responsabilidad como “jefe de estado”, como para seguir en activo en la vida política sin pretender rendir cuentas del pasado a nadie?
Después de publicada la noticia del fracaso de México Libre empezó a correr una especulación simplista; fue una estratagema de Córdova y Murayama -sabiendo que no tienen la capacidad intelectual y que sería una deslealtad hacia el ex-presidente- para obligar al TEPJF a que cargue con el costo político de conceder el registro a la agrupación.
Poca gente ha puesto atención a la declaración de la consejera Presidenta de la Comisión de Prerrogativas y Partidos Políticos, Adriana Favela Herrera, que al votar en contra manifestó, “yo voté a favor en el sentido del proyecto en la Comisión de Prerrogativas, pero […] Me acabo de enterar […] que no se le dio trámite a una lista que desde el 4 de agosto se le entregó a la Unidad Técnica de los Contencioso […] En esta lista […] se están dando cuenta de unas irregularidades que acontecieron en la conformación de esta organización […] Entonces, yo no tengo esos elementos […] para pronunciarme a favor del registro y, […] votaría en contra de que se le otorgue el registro…”.
Esto es una confesión expresa de la presidenta de la Comisión de Prerrogativas de que no supervisa el ejercicio de las funciones del Director Ejecutivo de Prerrogativas y Derechos Políticos, Patricio Ballados Villagómez, quien funge como Secretario Técnico de la Comisión y por lo tanto debe estar enterado de toda la documentación que es remitida a dicha Comisión.
No obstante, la Consejera señala que la Unidad Administrativa que recibió la lista y decidió guardarla en un cajón hasta un día antes de la votación, fue la Unidad Técnica de lo Contencioso Electoral, dirigida por Carlos Alberto Ferrer Silva, habría que preguntarle a su titular ¿Por qué no dio trámite a este asunto?
Dicho lo anterior, sería conveniente que cuando el TEPJF valore las pruebas que sean presentadas por México Libre, invite a rendir declaración a los servidores públicos del INE, que por realizar su trabajo negligentemente, están causándole un perjuicio a una agrupación política que pretende erigirse partido, o bien, generando un daño irreparable a la sociedad y democracia mexicana si el TEPJF decide saltar al vacío y otorgarle el registro a “Libertad y Responsabilidad Democrática, A.C.”.
Ya para concluir, afortunadamente el delito electoral es considerado grave y existe la posibilidad de que mediante una consulta popular se lleve a juicio a los expresidentes.
En caso de que algunos delitos hayan prescrito, Calderón podría estar echando a andar algunos nuevos; el caso es que me recuerda a la novia adicta de Jared Leto en Réquiem por un sueño, que decide venderse a cambio de droga, y Margarita Zavala a la madre del protagonista, que se pierde en la adicción con tal de obtener la aprobación de su hijo.
Finalmente, les sea o no concedido el registro a su partido, cada una de sus gestiones será cuesta arriba. Incluso a los intelectuales orgánicos del régimen anterior les cuesta trabajo pronunciarse abiertamente a favor de Calderón, vaya, hasta mis amistades y conocidos calderonistas lo son a condición de no salir del clóset.
Esto es por el alto riesgo que implica posicionarse cerca del apestado, en cualquier momento la justicia norteamericana puede llamarlo a cuentas o ser traicionado por García Luna. El caso es que quién va a querer apoyar públicamente a un partido, solo porque su plataforma política es la “ideal”, a cambio de cogobernar con la delincuencia y consecuentar la violencia y corrupción.