Hace unos días anduvo en Sonora Alfonso Durazo, desparpajado, afinando los detalles de su arribo a la entidad para meterse de lleno en la preparación del terreno político para su candidatura al gobierno estatal. El secretario de Seguridad federal se reunió en privado y comió con sus operadores locales, entre ellos Celida López, alcaldesa de Hermosillo, quien no se enfrentará a él en la competencia interna, sino todo lo contrario: lo apoyará en su sueño de convertirse en gobernador.
A Durazo lo mueve fuerte una revancha pendiente desde hace 26 años con Manlio Fabio Beltrones, a quien cuando se refiere recurre a las mismas palabras que usó su jefe, el presidente de la República, en los años de oposición. “Es la cabeza de la mafia de Sonora”. Existe la leyenda urbana que cuando ocurre el asesinato de Colosio en Lomas Taurinas, Durazo y Liébano Sáenz, aunque nunca lo hicieron público, señalaron en mesas políticas a Beltrones, entonces gobernador de Sonora, como uno de los principales sospechosos. Luego éste expulsa a Durazo de Sonora y empieza una disputa en la que el ahora cercano a López Obrador acaba debilitado, por lo que promete vengarse. Nunca había acariciado la posibilidad de consumar la venganza como ahora.
No han sido los mejores resultados para Durazo al frente de la institución por los homicidios que registra el país y la violencia siempre criticada por Andrés Manuel como líder opositor, y en la que basó parte de su estrategia para llegar al poder. Al secretario, sin embargo, en este momento le ocupa Sonora y no quiere descuidarse para darle posibilidades a Beltrones de que se mueva y sorprenda en este año. Durazo se ha convertido, después de Marcelo Ebrard, en la otra persona a la que el Presidente consulta temas de la agenda nacional para tomar decisiones y goza de su respaldo para dar la batalla electoral.
Es cuestión de días para que el secretario de Seguridad abandone el cargo y se vaya con pase directo, sin pasar por el Senado, donde tiene licencia, a su tierra natal a reconstruir la red de Morena, partido que sorprendió en 2018 debido al arrastre de López Obrador, cuyo tsunami alcanzó para hacerse de alcaldías impensables en la entidad, pero que han perdido fuerza por el desempeño gris de sus representantes como los de Cajeme, Navojoa y Guaymas, por lo que ahora lo que importa es ganar la batalla para cerrar la venganza con el destierro de su principal adversario.
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UPPERCUT: La lucha contra las refresqueras por parte del Presidente va en serio. Empezó una campaña para llamar a la población a comer sano. La pandemia aceleró el plan de su gobierno para quitarle facilidades a la industria para hacer llegar a las mesas de las familias mexicanas, las bebidas azucaradas. No quite el ojo de la batalla con las refresqueras. La función apenas empieza.