Columna Contra las cuerdas
¿En qué se gastan cinco millones de euros donados por la Unión Europea al gobierno mexicano? No lo sabemos. ¿Cómo se van a repartir? No lo sabemos. ¿Se dará una parte a los estados? Tampoco lo sabemos. ¿Cuáles son los criterios del reparto? Aún seguimos esperando respuesta en esta columna a todas esas preguntas formuladas a la Secretaría de Relaciones Exteriores, a cuya dependencia los europeos entregaron el dinero para implementar medidas de apoyo a la ciudadanía en el combate al nuevo coronavirus.
En un país donde tuvimos pésima experiencia en los sismos de 2017 sobre donativos americanos, canadienses y euros, que suman más de 91 millones de pesos, se debe evitar repetir la historia de corrupción porque seguimos sin saber cómo, ni en qué se gastaron esos millones, de acuerdo con la Auditoría Superior de la Federación (ASF).
La dependencia a cargo de Marcelo Ebrard está obligada a dar a conocer los mecanismos de control y administración de los cinco millones de euros y de los insumos que compra como se lo pidió López Obrador, para darle seguimiento al destino del dinero. Será una prueba fundamental demostrar que en el gobierno de López Obrador no son iguales a administraciones anteriores reprobadas por la opacidad.
La crisis en los hospitales centra la atención de medios nacionales, pero no debe ser impedimento para insistir en la lucha a favor de la transparencia no solo en los donativos de la Unión Europea del pasado 23 de baril, sino de la iniciativa Juntos por la Salud que ha captado unos 900 millones de pesos de donativos para equipos de protección personal y hospitales, así como en la compra de insumos médicos a China.
Es urgente documentar el destino de cada peso porque la pésima calidad ha sido evidenciada por gobernadores del país que mediante videos mostraron batas y cubrebocas “propias para vendedores de salchichas y no de médicos”. Incluso, el propio director del IMSS, Zoe Robledo, involuntariamente también se encargó de mostrarnos que los materiales traídos al país asiático no sirven. Al intentar presumir una carga de caretas recién llegada en vuelos de Aeroméxico (cuyos precios se desconocen), junto con colaboradoras suyas hizo el ridículo a la hora de sacar el material: cuando una de ellas intentaba ponerla sobre su rostro se le rompió en la cabeza frente a cámaras de televisión.
Clemente Castañeda, presidente de Movimiento Ciudadano, asegura que la federación aprovecha la crisis sanitaria para beneficiar a aliados y familiares con compras y contratos. “La emergencia no significa que el gobierno tenga licencia para defraudar al erario público”, asegura en franca referencia al Bartlettgate por la compra de ventiladores para hospitales a sobreprecio al pagar el IMSS 31 millones de pesos por equipo. El gobierno federal ignoró a organismos especializados en el combate a la corrupción como Transparencia Internacional, asegura Castañeda, que recomendó para esta emergencia sanitaria una máxima apertura a la información de las contrataciones públicas, fiscalización en tiempo real e identificación plena de los recursos y su destino. Ebrard, tarde que temprano, enfrentará con más rigor el reclamo de la transparencia.